Hace una semana, en Iowa, Ron DeSantis describió mordazmente cómo Donald Trump obligaba a los políticos republicanos a "besar el anillo" del expresidente para ganarse sus elogios y evitar la humillación pública. Pero el domingo por la tarde, el gobernador de Florida terminó tirando la toalla y mostrando su respaldo a Trump. Abandonaba así la carrera a la presidencia de Estados Unidos sin ni siquiera competir en la segunda contienda de los republicanos en New Hampshire. El anuncio de DeSantis marcó un humillante final para una campaña de casi ocho meses que llegó a considerarse la amenaza más seria a Trump por parte de la estrella política conservadora estadounidense cuyo ascenso parecía imparable. Habiendo prescindido rápidamente de DeSantis, Trump está ahora un paso más cerca de derrotar a todos sus oponentes y asegurarse la nominación republicana para desafiar a Joe Biden en las elecciones generales de noviembre. En la última semana, Trump se ha asegurado el respaldo del inversor en biotecnología Vivek Ramaswamy y del senador por Carolina del Sur, Tim Scott, que han anunciado su apoyo al expresidente tras abandonar la carrera. El único obstáculo que le queda a Trump en las filas republicanas es Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora de EE.UU. ante Naciones Unidas. Haley y sus aliados celebraron el domingo el abandono de DeSantis y el hecho de que hubiera superado a todos los demás rivales de Trump en las primarias republicanas. "Hace poco había 13 candidatos en la carrera y ahora sólo hay dos", dijo Chris Sununu, gobernador de New Hampshire y firme aliado de Haley, en un acto el domingo. "Decían que eso no se podía hacer, ¡pero entonces llegó Nikki Haley y los aniquiló a todos!". Muchos analistas creen, sin embargo, que la retirada del gobernador de Florida la perjudicará, ya que los partidarios de DeSantis sienten más simpatía por Trump que por Haley. "Veían a DeSantis como una versión mejor de Trump. Por eso estaban con él. Así que creo que esos seguidores se irán con Trump", explicaba un influyente donante de la campaña de DeSantis que pidió mantenerse en el anonimato. "No quieren a Nikki Haley. Ella es demasiado globalista y está demasiado en deuda con los intereses corporativos", agregó. "DeSantis ha pasado el último año intentando superar a Trump", opinó Lew Lukens, socio principal de Signum Global Advisors, en una nota a clientes el domingo. "Sus relativamente pocos partidarios en New Hampshire son mucho más propensos a apoyar a Trump, según nuestros cálculos". Hasta el domingo, Trump lideraba las primarias republicanas de New Hampshire con un 49,8% de apoyo, frente al 36,1% de Haley y el 5,8% de DeSantis, según la media de encuestas de FiveThirtyEight. En Carolina del Sur, que celebra sus primarias a finales de febrero, Trump tiene una ventaja aún mayor sobre Haley, lo que significa que los días de la política en la campaña también podrían estar contados, salvo una sorpresa inesperada. "No creo que nadie vaya a alcanzar a Donald Trump acá, Carolina del Sur es el país de Trump", dijo Mick Mulvaney, exjefe de gabinete de la Casa Blanca bajo Trump y excongresista del estado. "¿Cómo explicará Nikki terminar segunda en su estado natal si así es el resultado? Es realmente duro". Un factor a tener en cuenta en las próximas semanas será si los que financiaban hasta ahora la campaña de DeSantis mostrarán su apoyo a Trump o a Haley, a pesar de que para ella las posibilidades de ganar son escasas. En los últimos meses, Haley ha recibido el apoyo de varios donantes de alto perfil, entre ellos Americans for Prosperity Action, respaldada por Charles Koch. Pero el empresario tejano Roy Bailey, copresidente del comité financiero de DeSantis que en su momento recaudó fondos para Trump, le dijo al Financial Times que se tomaría un descanso en sus contribuciones a la campaña. "Ya veremos", declaró. Otro donante de DeSantis que pidió mantenerse en el anonimato aseguró que "Nikki tampoco tiene posibilidades. Es Trump. Todos lo sabemos". El domingo por la tarde, los asesores principales de la campaña de Trump, Chris LaCivita y Susie Wiles, enviaron un memorando diciendo que a Haley le quedaban dos opciones si perdía en New Hampshire: "O muestra públicamente su apoyo a Trump y se compromete a derrotar a Joe Biden", escribieron, o "se prepara para ser ABSOLUTAMENTE DEMOLIDA y HUMILLADA" en las próximas primarias. Un consejo importante: tome la decisión correcta". Mientras tanto, destacados seguidores de DeSantis ya han comenzado a mostrar su respaldo al expresidente. Minutos después de que el gobernador de Florida anunciara que suspendía su campaña el domingo, el congresista de Virginia, Bob Good, dijo en un post en las redes sociales que daba su "completo apoyo" a Trump, añadiendo que "le necesitamos para reinstaurar las políticas que estaban funcionando tan bien para EE.UU.". Apenas unos días antes, Good, que preside el Freedom Caucus de la Cámara de Representantes (de derecha) y previamente respaldó a DeSantis, se había encontrado en el punto de mira del equipo de Trump cuando LaCivita amenazó públicamente con destruir sus perspectivas profesionales. En el pasado, Trump y sus partidarios han derrotaron con éxito a rivales republicanos como la representante de Wyoming, Liz Cheney. En cuanto a DeSantis, Trump y sus aliados han pasado de sus ataques burlones contra el gobernador de Florida a palmaditas en la espalda. "Quiero dedicar un momento para felicitar a Ron DeSantis", dijo Trump a sus seguidores el domingo. "Ha hecho una campaña muy buena. Les diré que no es fácil". Matt Gaetz, un congresista republicano de Florida que respaldó a Trump frente a DeSantis hace meses, habló sobre el estado de ánimo hacia DeSantis en el bando de Trump en un acto en New Hampshire el domingo: "Todo lo que puedo decir es: Bienvenido a casa, Ron. Bienvenido de nuevo al 'movimiento Make America Great Again' al que siempre has pertenecido".