El plan de alto el fuego de Donald Trump se concretó en una frenética ráfaga de diplomacia telefónica la noche del lunes, con el presidente de Estados Unidos presionando a Israel para que aceptara una tregua, mientras que Catar instaba a Teherán a sumarse. Poco después del ataque de Irán contra Al Udeid, una base militar estadounidense en Catar, Trump y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, alcanzaron un acuerdo en principio, según una persona familiarizada con el asunto. De acuerdo con un diplomático informado sobre las conversaciones, Trump le comunicó al emir catarí, Sheikh Tamim bin Hamad al-Thani, que había convencido a Israel de aceptar un alto el fuego y pidió a Doha que persuadiera a los líderes iraníes de sumarse a la tregua. La primera fuente confirmó que Catar se comunicó con Irán sobre el alto el fuego, que se concretó en apenas dos horas. La Casa Blanca no respondió a las solicitudes de comentarios. El alto el fuego coronó 72 horas extraordinarias de escalada del conflicto, durante las cuales Trump primero desplegó el poder militar estadounidense contra un antiguo enemigo y luego presionó a un aliado en busca de una paz abrupta. El ataque de Irán contra Al Udeid, la mayor base militar estadounidense en Oriente Medio, fue una respuesta a la decisión de Trump de desplegar aviones furtivos para bombardear los principales sitios nucleares de Teherán con potentes bombas antibúnker durante el fin de semana. Sin embargo, el lunes Trump se apresuró a señalar que no respondería a los ataques iraníes, que no causaron víctimas después de que las defensas aéreas de Catar interceptaran el ataque. Agradeciendo a Irán "por darnos aviso con anticipación", el presidente estadounidense calificó la respuesta de Teherán a los bombardeos de sus instalaciones nucleares como "muy débil" y expresó su esperanza de que "ya se hayan desahogado". Trump entonces encabezó el impulso diplomático para poner fin a los 12 días de conflicto, originados por el ataque aéreo masivo de Israel contra Irán. A pesar de ser blanco del ataque iraní, Catar era una elección natural como interlocutor. El pequeño estado del Golfo es uno de los pocos países que históricamente mantiene buenas relaciones tanto con Teherán como con Washington, y tiene una larga trayectoria como mediador en nombre de EE.UU., desde Afganistán hasta Venezuela. Tras la primera llamada entre Trump y el emir Tamim, el vicepresidente estadounidense JD Vance y el primer ministro catarí, Sheikh Mohammed bin Abdulrahman al-Thani, coordinaron los detalles y se comunicaron con los israelíes e iraníes respectivamente, según el diplomático. "Luego de las conversaciones con el primer ministro de Catar, los iraníes aceptaron", dijo el diplomático regional. "A pesar de haber sido atacados pocas horas antes, los cataríes dejaron de lado sus agravios y priorizaron la seguridad regional para lograr el acuerdo". Hacia la tarde del lunes en Washington, Trump anunció el sorpresivo avance, declarando el alto el fuego y felicitando "a ambos países, Israel e Irán, por tener la resistencia, el coraje y la inteligencia para poner fin a lo que debería llamarse ‘LA GUERRA DE LOS 12 DÍAS'". En la madrugada del martes, agradeció al emir de Catar "por todo lo que ha hecho en busca de la paz en la región". Pero el frágil acuerdo se puso a prueba de inmediato. Un ataque iraní contra un edificio residencial en el sur de Israel mató al menos a cuatro personas alrededor de las 6 de la mañana, una hora antes de que entrara en vigor el alto el fuego. Las autoridades israelíes señalaron que se dispararon dos misiles más hacia el norte de Israel alrededor de las 10:30. Israel, que había bombardeado intensamente Teherán durante la noche, afirmó haber destruido una instalación de radar cerca de la capital iraní. La oficina de Netanyahu indicó que el primer ministro evitó una respuesta más contundente tras hablar con Trump, quien acusó a ambas partes de violar la tregua y dijo estar "descontento con Israel". Como era de esperarse, ambos bandos reclamaron la victoria. La oficina de Netanyahu sostuvo que se habían cumplido los objetivos de la operación israelí, mientras que Irán aseguró que la tregua había "impuesto" el alto el fuego a su enemigo y se jactó de su represalia contra Estados Unidos. El contacto indirecto entre EE.UU. e Irán continuó incluso durante el conflicto. Catar y Omán llevaron mensajes entre Teherán y Washington, e Irán dio señales de que aceptaría poner fin a la guerra. Sin embargo, a pesar de los daños infligidos por Israel y el riesgo de ataques estadounidenses, el liderazgo iraní insistió en que solo aceptaría un alto el fuego si Israel cesaba el fuego, y que no cedería ante la presión israelí y estadounidense. Funcionarios israelíes también estaban buscando la manera de terminar con los combates desde que EE.UU. realizó su bombardeo nocturno contra las instalaciones nucleares iraníes el domingo, según personas familiarizadas con la situación. Mientras aún se evalúan los daños a las instalaciones nucleares, fuentes cercanas al gobierno israelí consideran los logros de la campaña como "muy significativos". "Es un buen momento para parar", dijo otra fuente, agregando que los funcionarios israelíes buscaban transformar sus "logros militares en logros diplomáticos". El diplomático al tanto de las negociaciones afirmó que no hubo "condiciones mayores" para el alto el fuego más allá del cese de las hostilidades, pero el próximo tema será si EE. UU. e Irán retoman las negociaciones para resolver el conflicto nuclear con la república islámica, que está en la raíz de la crisis. Otra persona cercana al gobierno israelí confirmó que la administración Netanyahu buscaba un final directo de las hostilidades -"paramos nosotros y paran ellos"- tras lo cual pretendía unrenovado impulso diplomático internacional sobre el programa nuclear iraní. Para Netanyahu, la intervención militar de Trump fue crucial para poder afirmar que sus objetivos se habían cumplido, ya que Israel carecía del poderío militar necesario para causar daños significativos a Fordow, que está enterrada bajo una montaña y es el principal sitio donde Irán producía uranio altamente enriquecido. Pero el alcance total de los daños aún no está claro. Tampoco se sabe el paradero de los 400 kg de uranio que Irán había enriquecido cerca de grado militar, con la posibilidad de que haya sido trasladado antes de los ataques. Ya había habido un intento de alto el fuego la semana anterior, cuando el jeque Mohammed de Catar mantuvo conversaciones con el ministro de Relaciones Exteriores iraní Abbas Araghchi en Estambul el jueves, según el diplomático. Ese esfuerzo diplomático fue frustrado por los ataques estadounidenses contra las plantas nucleares de Irán y no hubo más conversaciones hasta la noche del lunes. Ahora, la atención volverá a las negociaciones nucleares. Como muestra de los desafíos que se avecinan, el jefe de energía atómica de Irán, Mohammad Eslami, declaró el martes que no habrá pausa en las actividades nucleares del régimen.