
No son tiempos felices para los tenedores de bonos argentinos. Quienes invirtieron en el bono a 100 años que emitió el país en junio pasado sufren crecientes pérdidas mientras la liquidación que comenzó a principios de este año da pocas señales de amainar.
La emisión de u$s 2750 millones cotizaba a sólo 89,34 dólares ayer, comparado con los casi 105 dólares hace apenas cinco meses. El bono por u$s 4250 millones a diez años emitido en enero actualmente cotiza cerca de los 92 dólares, lo que representa una pérdida de 8% en sólo cuatro meses.
El interés por los activos argentinos disminuyó en los últimos meses debido a la mayor preocupación por la elevada tasa de inflación y los abultados déficits comercial y fiscal que tiene el país. El peso perdió más de una cuarta parte de su valor en el último año y tocó un piso récord de 21,94 por dólar. En respuesta el banco central colocó unos u$s 4300 millones la semana pasada en un intento por apuntalar la moneda. Cuando el viernes eso no funcionó, recurrió a una suba agresiva de tasas de 300 puntos básicos.La peor sequía en décadas también complica el esfuerzo del presidente Mauricio Macri de reactivar la tercera economía más grande de Latinoamérica. Se calcula que se verán afectadas las cosechas de soja y trigo de este año, y también la industria ganadera se vería perjudicada.
A los problemas de la Argentina se suma la solidez del dólar norteamericano. Después de un agitado inicio de 2018, la moneda va camino a registrar su mejor mes desde la victoria electoral de Trump dado que los mercados prevén más subas de las tasas de interés en medio de un constante crecimiento y presión inflacionaria. Cuando el dólar se fortalece, los activos de mercados emergentes tienden a ser menos atractivos, porque los inversores consiguen retornos más altos sobre activos en dólares.
Frente a la menor demanda de sus bonos, Argentina se ve forzada a seguir emitiendo deuda en moneda fuerte para financiar sus déficits fiscales.














