
El Congreso norteamericano anoche estaba a punto de colocar el último sello a la legislación que le otorga al presidente Barack Obama la "vía rápida" para completar el acuerdo de comercio regional más ambiciosos de los últimos tiempos.
El Acuerdo Transpacífico de Libre Comercio (TPP, por sus siglas en inglés) incluiría dos de las economías más grandes del mundo Estados Unidos y Japón y otros diez países. Abarcará un 40% de la economía mundial y será el acuerdo comercial más grande desde la Ronda Uruguay de los noventa que creó a la Organización Mundial de Comercio.
El TPP intenta ser el primero de una serie de acuerdos comerciales "mega-regionales" para actualizar las regulaciones del comercio para el siglo XXI. Sus firmantes acordarían regirse por pautas nuevas para todo tipo de cuestiones, desde el libre flujo de datos entre países hasta cómo competirán las empresas estatales con los grupos del sector público.
El convenio apunta a fortalecer los lazos económicos entre Estados Unidos y sus aliados del Pacífico mientras se intenta forjar un nuevo reglamento económico global antes de que lo haga China. La pregunta es qué viene después del TPP.
Durante meses, Estados Unidos y otros negociadores del TPP esperaron que el Congreso le diera a Obama lo que formalmente se llama Autoridad de Promoción del Comercio. Esto limita al poder legislativo norteamericano a simplemente votar a favor o en contra de los acuerdos comerciales y garantiza que los pactos surgidos de la mesa negociadora no serán revertidos en el Congreso.
Con Obama a punto de obtener la autoridad, el foco de los negociadores está puesto en resolver un puñado de temas pendientes. El último plan es que los ministros de Comercio se reúnan en un lugar aún desconocido dentro de los Estados Unidos a mediados de julio durante un encuentro de una semana. Los temas más voluminosos de la sala se relacionan con los aranceles y los sectores de la economía políticamente sensibles.
Durante 18 meses Estados Unidos y Japón trabajaron sobre cuánto se reducirán los aranceles sobre productos que van desde autopartes hasta carne y arroz. Se está por llegar a un acuerdo en eso, aseguran los negociadores. Pero luego, para frustración de algunos otros países, Canadá todavía no puso sobre la mesa su propia oferta en cuanto a temas sensibles como su sector de lácteos.
Otros puntos difíciles incluyen cuestiones sobre la propiedad intelectual y cuánto tiempo deberían protegerse determinados productos farmacéuticos de la competencia de los genéricos. También, qué tipo de empresas estatales deberían estar cubiertas por las normas y cuáles podrían ser las excepciones para ciertos países.
Sin embargo, la buena noticia es que los temas complicados no han cambiando mucho en 18 meses y todos saben dónde probablemente lleguen los compromisos.
Aunque los ministros de Comercio estén en condiciones de declarar la victoria el mes próximo, el acuerdo aún debe ser ratificado por todos los parlamentos de los países miembro. Según la legislación a aprobar por el Congreso, la administración Obama tendrá que publicar el texto del TPP sesenta días antes de que el presidente firme el acuerdo.
El gobierno norteamericano apunta a devolver al Congreso el TPP para su aprobación antes de fin de año y antes de que tomen ritmo las campañas políticas de 2016. Debido a las probables demoras en el Congreso, los funcionarios sostienen que esa es una meta ambigua. Mientras tanto, los ambientalistas, los sindicatos y otros grupos de interesas específicos se están preparando para defender sus terrenos.
El TPP está compuesto por doce países: Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Estados Unidos y Vietnam. Otros como Colombia, Corea del Sur y Taiwan ya expresaron su interés en participar.
El potencial miembro más grande es China, Después de inicialmente sospechar del TPP, Beijng comenzó a suavizar su lenguaje. En una reciente entrevista de radio norteamericana Obama dijo que China "ya había empezado a tantear el terreno sobre las posibilidades de participar en algún momento".














