El presidente argentino Javier Milei rechazó los pedidos de los inversores para permitir que el peso flote libremente, luego de que Estados Unidos gastara unos U$S 2.000 millones en sostener la moneda antes de su victoria en las elecciones legislativas de medio término. Impulsado por un triunfo inesperadamente amplio sobre los peronistas de izquierda, Milei prometió en diálogo con el Financial Times acelerar sus reformas de libre mercado y reforzar su alianza con el presidente Donald Trump. “Tenemos que asegurarnos de poder matar las ideas socialistas que arruinaron este país durante 100 años”, afirmó. Milei insinuó que mantendría al peso dentro de bandas gradualmente ampliadas frente al dólar estadounidense al menos hasta las elecciones de fines de 2027, para atenuar la volatilidad crónica del país, desestimando críticas de que la política había sobrevaluado la moneda a comienzos de año. “Tenemos un programa y vamos a seguir manteniéndolo”, dijo sobre el régimen cambiario. Los bancos de inversión argumentaron que Milei debería aprovechar el nuevo optimismo del mercado tras las elecciones para liberalizar el tipo de cambio y reconstruir las reservas después de los ataques sufridos por el esquema actual en octubre. En un movimiento sin precedentes en este siglo, el Tesoro de EE.UU. intervino para comprar pesos y anunció una línea de crédito de U$S 20.000 millones cuando la corrida contra la moneda argentina amenazaba las posibilidades electorales de Milei. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, declaró que haría todo lo necesario para rescatar a un aliado estratégico clave. “El Tesoro estadounidense hizo intervenciones oportunas cuando vio una oportunidad de negocio”, dijo Milei al FT, en referencia a la descripción de Bessent del peso en octubre como “subvaluado”. Esto contrastó con la opinión de muchos economistas locales, que sostenían que estaba sobrevaluado. “¿Qué creés que vale más?”, preguntó Milei. “¿El juicio de un experto muy exitoso que tiene detrás al Tesoro norteamericano, como el señor Bessent, o un grupo de idiotas locales?” La presión sobre el tipo de cambio se alivió tras la victoria electoral, mientras el peso se fortalecía desde el piso de su banda de flotación. El presidente dijo que no planea modificar el diseño de las bandas, cuyos límites superior e inferior se amplían 1 % cada mes, y señaló que “serán mucho más amplias” en dos años. “Las bandas están pensadas para que se abran con el tiempo, y llegará un momento en que serán irrelevantes”, afirmó. Milei sostuvo que un “aumento en la demanda de dinero” en los próximos meses, a medida que disminuya la incertidumbre electoral y la economía se reactive, facilitará a las autoridades la compra de dólares para las reservas del Banco Central. Según Milei, Bessent estuvo de acuerdo por primera vez durante una visita a Buenos Aires en abril —cuando Argentina pasó de un tipo fijo a un sistema de bandas— con que el Gobierno podría ser atacado por sus opositores antes de las legislativas y podría necesitar apoyo del mercado. El mes pasado, Bessent dijo que el respaldo a Argentina formaba parte de una nueva “doctrina económica Monroe”, mientras EE.UU. buscaba reafirmar su influencia en América Latina y frenar la rápida expansión de China. “Estados Unidos ha decidido abiertamente ser el líder de la región, y lo celebro enormemente”, dijo Milei. “Antes, EE.UU. se preocupaba por ayudar a quienes no eran aliados, alimentando a sus propios enemigos. Hoy dieron un giro copernicano fabuloso: apoyo a los aliados y nada a los no aliados. Me parece brillante.” Afirmó que Trump podía contar con el apoyo total de Argentina mientras utilizaba a las fuerzas armadas estadounidenses para destruir lanchas que transportan drogas en el Caribe y el Pacífico, y respaldó su presión sobre el presidente venezolano Nicolás Maduro, al que definió como un “narco-dictador”. El mandatario subrayó que el repunte de los activos argentinos tras el triunfo de La Libertad Avanza “nos hace ser optimistas” respecto de que el país pueda volver a los mercados internacionales de capitales el año próximo. “Creo que en 2026 Argentina estará en el mercado. Y la línea de swap con EE.UU. cubrirá nuestra posición de liquidez si no podemos renovar deuda. Es decir, Argentina no va a entrar en default. Nuestro compromiso de pagar es inquebrantable.” Bessent también habló de una facilidad de U$S 20.000 millones financiada por bancos privados para invertir en deuda soberana argentina. Milei aseguró que las negociaciones “llevarán tiempo”, pero que el plan “sigue vigente”. El FMI apoyó las reformas de Milei con un préstamo de U$S 20.000 millones en abril, elevando a U$S 56.000 millones el total adeudado al organismo. Aunque Milei logró frenar la inflación que heredó, la economía argentina se estancó en los últimos meses. Los recortes de gasto y las subas de tasas destinadas a contener los precios restringieron el crédito y redujeron el poder adquisitivo. Milei dijo que las reformas laboral y tributaria que planea presentar este año reactivarán la economía. “Estamos encendiendo todos los motores de crecimiento”, aseguró, al sostener que mantener el equilibrio fiscal, reducir impuestos y desregular permitirá que el crecimiento pase del 4% proyectado este año a “entre 7 y 10% anual a partir del próximo”. Según Milei, la reforma impositiva recortará una veintena de tributos y devolverá U$S 500.000 millones a los bolsillos de los argentinos hacia 2031, fin de un eventual segundo mandato. Las leyes laborales más flexibles, añadió, incorporarán al mercado formal a parte del 42% de los trabajadores informales. Con una motosierra artesanal de bronce sobre la mesa de su despacho en la Casa Rosada —réplica del símbolo que blandió en campaña— Milei prometió seguir recortando el Estado argentino, que según él representaba el 42% del PBI al asumir. Los analistas advierten que, para aprobar reformas, La Libertad Avanza —sin mayoría en el Congreso— deberá aliarse con pequeños partidos opositores o con gobernadores provinciales que controlan bloques legislativos. Algunos inversores se inquietaron por la renuncia del jefe de Gabinete Guillermo Francos, experimentado negociador político de Milei. El presidente anunció que las conversaciones serán lideradas por el flamante ministro del Interior, Diego Santilli, del PRO de Mauricio Macri, “un hombre de diálogo y consenso”. Milei sostuvo que demuestra su voluntad de construir coaliciones “con hechos”, citando discursos conciliadores y una reunión con 20 de los 24 gobernadores. América Latina vive un “renacimiento liberal”, agregó, confiado en que las próximas elecciones en grandes países devuelvan gobiernos conservadores: “Esperamos que la ola azul continúe. Ya tuvimos suficientes rojos.” Desde la Casa Rosada, el presidente dijo no tener dudas de que “el fracaso de la ideología woke ha quedado demostrado”. “El mundo avanza hacia un formato distinto, con un bloque liderado por Estados Unidos, otro por Rusia y otro por China”, concluyó. “En este orden mundial, EE.UU. entiende que su bloque está en América, y sin duda nosotros somos su mayor aliado estratégico.”