
Ahora tenemos un liderazgo sólido y estable pero en Francia, no en Gran Bretaña. La primera ministra británica Theresa May comenzará las negociaciones por el Brexit seriamente debilitada después de las elecciones generales del Reino Unido. Por el contrario, Emmanuel Macron, el presidente de Francia, está listo para emerger de las elecciones legislativas con una inmensa mayoría parlamentaria con la que May alguna vez soñó.
Los dos líderes cenarán juntos hoy. Hay algunas ingenuas esperanzas del lado de quienes rechazaban la salida de Gran Bretaña de la UE de que la combinación de una May débil con un Macron fuerte podría ayudar a evitar un Brexit duro. Pero eso es poco probable. El presidente francés tiene pocos incentivos para ayudar a que el Reino Unido salga del lío en el que está metido. De hecho, para el presidente Macron el Brexit se parece cada vez más a una oportunidad histórica.
El programa que tiene Macron para reactivar Francia se centra en la UE. La noche de su victoria electoral, subió al escenario al son del himno francés, Oda de la alegría. Pero su visión de una Francia revitalizada, dentro de una UE revitalizada, en realidad funciona mejor si el Brexit avanza sin interrupciones.
Macron representa el ala de la política francesa que cree apasionadamente en "más Europa". Quiere una integración mucho más profunda de la UE en las áreas de defensa y finanzas, y hasta tiene argumentos a favor de un ministro de Finanzas de la eurozona.
Tradicionalmente, Gran Bretaña actúo como un freno al federalismo europeo. Una UE sin el Reino Unido será mucho más abierta a las ideas francesas sobre integración económica, protección de los mercados europeos y la creación una identidad de defensa europea. Pero la ventana de oportunidad para presionar con la agenda federalista podría ser relativamente chica. Esa es razón suficiente para que Macron no permita que el proceso del Brexit se prolongue muchos años.
Un Brexit donde se ve que Gran Bretaña sufre también le sirve políticamente a Macron dentro de su país. Marine Le Pen, su oponente en la elección presidencial, elogia el Brexit como un ejemplo para Francia.
Macron debe demostrar a los votantes franceses que abandonar la UE sólo produce sufrimiento. Si, al mismo tiempo, puede reconstruir la asociación francoalemana en el corazón de la UE, podría recuperar la popularidad del proyecto europeo en Francia.
Con Gran Bretaña fuera de la UE, hay una mejor oportunidad de recomponer el motor francoalemán que tradicionalmente impulsó la integración europea. Los alemanes son mucho más receptivos a las propuestas de Francia a la luz del Brexit y de la presidencia de Trump en EE.UU.
Las oportunidades para Francia son económicas y políticas. Si Gran Bretaña se excluye del mercado único europeo, Francia tiene una chance única de absolver puestos de empleo en finanzas y en la actividad industrial. Por esa razón, un Brexit "duro" podría ser mejor para Francia, dado que se aseguraría que la City de Londres pierda su "pasaporte" para hacer negocios relacionados con el euro y también interrumpiría las cadenas de abastecimiento para los fabricantes británicos.
Todo eso significa que Macron tiene poco incentivo económico y político para hacer concesiones sobre migraciones o dinero que lleven a Gran Bretaña a elegir un Brexit "suave".
Macron sin duda es un internacionalista. Pero también un presidente de Francia y, por lo tanto, heredero de una vieja rivalidad con Gran Bretaña, documentada por Robert y Isabelle Tombs (una pareja de académicos anglo-franceses) en su libro del 2006, That Sweet Enemy (Ese dulce enemigo). Tal como dicen los Tombs, la historia de Francia y Gran Bretaña ha sido profundamente influenciada por su "relación amor-odio"
En los últimos 25 años, los británicos se han sentido superiores frente una Francia con problemas. Ahora con Macron seguro, May tambaleante y las negociaciones del Brexit, hay ventaja para Francia.














