Estados Unidos está expandiendo su capacidad para exportar gas natural licuado (GNL) a un ritmo tan acelerado que corre el riesgo de inundar el mercado y hacer caer los precios, advirtieron directivos del sector energético. Solo el mes pasado se aprobaron tres terminales, con cinco más previstas antes de fin de año, mientras el segundo mayor proveedor mundial de GNL avanza con planes para más que duplicar sus exportaciones hacia el final del segundo mandato de Donald Trump como presidente de EE.UU. Esto ocurre después de que la administración levantara la pausa sobre nuevas terminales de GNL impuesta por Joe Biden en 2024, que había enfurecido a la industria. El productor estadounidense Expand Energy prevé que el país podrá exportar 28.000 millones de pies cúbicos diarios de gas desde su costa del Golfo para 2030, el equivalente a cuatro veces la demanda diaria del Reino Unido. Sin embargo, la velocidad y la magnitud de la expansión ha inquietado a algunos de los principales comerciantes de GNL. Wael Sawan, director ejecutivo de Shell, que gestiona la mayor cartera mundial de GNL, dijo esta semana que la expansión "no es económicamente del todo racional" dado el alto costo de construir nuevas terminales, y que estaba "sorprendido" por la cantidad de proyectos aprobados. Señaló en el Economic Club de Nueva York que Shell reevaluaría el mercado antes de decidir si ampliaba su recién inaugurada planta de LNG Canada. Patrick Pouyanné, jefe de TotalEnergies, otro gran comerciante de GNL, cuestionó si habría mercados para semejante exceso de gas estadounidense. "Veremos si encuentran financiamiento para todos estos proyectos", dijo, agregando que algunos compradores asiáticos habían firmado acuerdos para agradar a Trump y reducir aranceles. El ejecutivo francés afirmó en la conferencia Gastech del mes pasado que el mundo estaba "construyendo demasiada" capacidad de GNL y pronosticó un exceso de oferta "durante algunos años si todos estos proyectos entran en operación". "Es un negocio en expansión por 30 años y hay espacio de sobra para competidores en el mercado", afirmó Ben Dell, presidente de Commonwealth LNG, que busca la aprobación para su terminal en Luisiana tras firmar un acuerdo a largo plazo para suministrar 1 millón de toneladas anuales de GNL a la mayor empresa de servicios públicos de Japón. Reconoció que un exceso de corto plazo podría afectar los precios, pero se mostró confiado en que el mercado se ajustará. "Vemos una elasticidad significativa de la demanda frente a precios más bajos, lo que gran parte del análisis de mercado no logra considerar", dijo. Gran parte del optimismo de la industria respecto al GNL se basa en las proyecciones de que las economías asiáticas consumirán cada vez más combustible al reducir su dependencia del carbón. Sin embargo, esa confianza se ha puesto a prueba con una marcada caída en los envíos de GNL a China, que no ha importado nada desde EE.UU. desde febrero. El país, en cambio, aumentó su producción interna y compra más gas por gasoducto y GNL a Rusia. Aun así, los productores estadounidenses esperan que las crecientes necesidades de China justifiquen la inversión en capacidad. "Hoy hay mucha demanda insatisfecha en China", dijo un alto ejecutivo energético. "Cuando se ofrece gas más asequible, el mercado reacciona de manera drástica". Agregó: "A largo plazo, se verá un crecimiento muy significativo de la demanda de GNL en China, complementado por muchos otros mercados en Asia en desarrollo". Will Jordan, director jurídico y de políticas de EQT, uno de los principales productores de gas de EE.UU., también consideró que cualquier exceso sería temporal y señaló que la demanda interna también estaba en aumento por el auge de los centros de datos de inteligencia artificial, grandes consumidores de energía. "La oferta precede a la demanda: ponés la oferta en el mercado y la demanda se crea", dijo. "A largo plazo somos muy optimistas". Wood Mackenzie, la consultora energética, señaló que, si bien algunas empresas que se comprometieron a comprar la producción de las nuevas terminales podrían sufrir por la caída de precios, otras podrían beneficiarse. "Los consumidores europeos podrían ser los mayores ganadores a medida que los precios se suavicen, mientras que los compradores asiáticos con demanda firme se beneficien al asegurar contratos a largo plazo a precios más bajos", indicó en una nota a clientes. Benjamin Lakatos, fundador de la comercializadora energética MET Group, coincidió en que eran posibles precios de GNL "muy bajos", al tiempo que subrayó cómo la naturaleza cíclica del sector hacía inevitables estos auges y caídas. "La industria del petróleo y el gas siempre comete el mismo error", dijo sobre la tendencia recurrente de las empresas a recortar inversión cuando caen los precios. "Luego, tarde o temprano, el precio vuelve a subir. Así es como funciona el mercado".