
Después las palizas que los mercados financieros repartieron en Argentina y Turquía la semana pasada, los inversores están observando si otros países del mercado emergente (ME) con desequilibrios fiscales y monetarios también enfrentan un ajuste de cuentas.
Tanto Argentina como Turquía tienen profundos déficits fiscales y de cuenta corriente y dependen del financiamiento extranjero. Ambos cometieron errores en sus políticas que tambalearon la confianza de los inversores, en especial Turquía.
Se avecinan para los ME otra suba en los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años y ráfagas de de solidez del dólar. Si bien muchos ME son vulnerables en este momento a shocks como el de la semana pasada, muchos analistas sostienen que a largo plazo su sólido potencial crecimiento pesará más que las dificultades de corto plazo.
David Spegel de Fundamental Intelligence, Strategy & Analytics (Fisa), una consultora de inversiones, dijo que en el largo plazo el potencial de crecimiento de las economías emergentes tendrá más peso que sus desequilibrios en lo que se refiere a atraer capital.
El aporte al crecimiento económico global de los 81 países en desarrollo incluidos en la base de datos de Fisa, que cayó desde 2011 hasta 2015 que fue un período de bajo desempeño para los capitales de ME volvió a subir desde 2016, lo que coincide con la recuperación de las acciones de ME. Spegel espera que eso siga subiendo a lo largo de su período de pronóstico hasta 2025.
Pero la preocupación por el corto plazo persiste. Si bien los problemas de Argentina parecen claros a posteriori, para Adam Slater de Oxford Economics, el país ni siquiera está presente en su lista de las cuatro economías más expuestas al impacto del alza de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense. Esos cuatro son Turquía, Brasil, Chile y Malasia, seguidos de un segundo grupo compuesto por Colombia, Sudáfrica y Argentina.
Slater advirtió que la gran acumulación de deuda en ME durante la última década implica que las economías están especialmente expuestas a un ajuste de las condiciones financieras. "La peor situación es tener un coeficiente elevado de servicio de la deuda (respecto del PBI) y ser vulnerable al alza del dólar estadounidense".
Spegel comparte esos temores pero su análisis es diferente. En un informe para sus clientes, analizó las defensas en moneda fuerte que tienen los ME medidas en reservas en divisas, inversión extranjera directa neta y equilibrio de la cuenta corriente en relación con la deuda con vencimiento a largo plazo.
Según esas mediciones, los ME en conjunto están más expuestos que nunca. Desde 2001, calcula Spegel, el stock de inversión extranjera en capitales de ME y deuda local aumentó de u$s 1,2 billones a u$s 6,9 billones y se encuentra muy por encima de su nivel anterior a la crisis financiera global.
Y las defensas de ME son más débiles. Sin incluir China (porque sus reservas son extremadamente elevadas en relación a la inversión extranjera de cartera) desde el segundo trimestre del año pasado, por primera vez desde la víspera de la crisis, el stock de inversión extranjera de cartera en ME ha superado el stock de reservas extranjeras de esos países.
"Lo que importa es tu stock de activos extranjeros en relación al potencial de fugas de fondos extranjeros", afirmó Spegel. "Si ese stock es insuficiente para enfrentar cualquiera sea el tamaño de la fuga, no importa qué tan bien esté tu economía, tu balanza de pagos correrá peligro".
El punto débil de los ME ayuda a alimentar percepciones incómodas. Stephen Jen del hedge fund Eurizon Capital, con sede en Londres, señaló que el ME tiene un "problema de la eurozona" debido a la gran disparidad en las macroeconomías del conjunto de países. Agregó que así como los inversores de la eurozona se concentran en las economías sólidas como Alemania, y en los francos más débiles como Italia y Grecia cuando están pesimistas, los inversores de ME están fuertemente influenciados por la vulnerabilidad de Argentina, Turquía y otros países incluso cuando, en términos generales, los fundamentals económicos de ME no se han deteriorado tanto.
El hecho de que no haya un único punto de atención, como es el caso en Estados Unidos y China, hace que los ME sean susceptibles a amplios vaivenes en el ánimo inversor", agregó.
Sin embargo, el sentimiento hacia los ME está lejos de ser de pánico. La volatilidad quizás se esté infiltrando en el ME, reconoce Monica Defend de la administradora de activos europea Amundi, pero eso en si mismo no le quita atractivo a los ME.
Complican más la situación de los ME la solidez del dólar, las tasas de interés estadounidenses más elevadas y los temas idiosincrásicos, pero "estos ajustes se absorben a través de mayores spreads y ME con tipos de cambio más débiles, por lo lo que pueden volver a surgir oportunidades", dijo Defend.
Sin embargo, los inversores saben que para las economías de ME este actual retroceso tiene consecuencias. El banco central de Indonesia elevó las tasas de interés por primera vez en cuatro años después del descenso de 5,5% en la rupia desde principios de febrero, con el objetivo de detener la fuga de capitales.
El alza del petróleo le hace sombra a la manera en que los inversores ven a los ME. Xavier Hovasse, director de capitales emergentes en el fondo europeo Carmignac, dijo que a los ME todavía "les debería ir bien globalmente", pero el fondo está empezando a diferenciar entre los importadores y exportadores de petróleo. Por lo tanto, Carmignac tiene sus reparos con el importador Turquía y está menos preocupado por el productor Rusia.
En general, los ME "se ven muy diferentes a como eran hace seis meses", dijo Hovasse. "Algunos países que se veían extremadamente bien ahora están en problemas." Pero las variables como el petróleo, los equilibrios de la cuenta corriente y los factores geopolíticos, muestran lo complicado que es evaluar al ME en general.
"Hay ganadores y perdedores. La gente comprende que el concepto de "mercados emergentes" no tiene mucho sentido", contó. Los países con enormes superávits externos como Taiwan y Corea no deberían tener nada que ver con Brasil, Sudáfrica y Turquía".














