Donald Trump elevó los aranceles de Estados Unidos sobre bienes extranjeros al nivel más alto desde antes de la Segunda Guerra Mundial, al implementar su ambiciosa agenda proteccionista. El muro de gravámenes anunciado por el presidente desde que asumió nuevamente el cargo en enero llevó el nivel efectivo de aranceles del país a un estimado del 17,3%, según el Budget Lab de la Universidad de Yale. Esa cifra, que incluye el último acuerdo alcanzado con la Unión Europea el fin de semana, sitúa el total de aranceles estadounidenses cerca del 20% registrado durante los aumentos generalizados de tarifas tras la Ley Smoot-Hawley de 1930. El mandato de Trump se caracteriza por amenazas arancelarias seguidas de retrocesos y reversiones, pero hasta ahora firmó acuerdos que consolidan altos gravámenes sobre casi el 45 % de todas las importaciones de EE.UU.. Ese muro arancelario amenaza con desencadenar una reconfiguración del comercio mundial. "Trump ha creado una nueva era de proteccionismo comercial en EE.UU. que eventualmente repercutirá en todo el sistema comercial global", dijo Eswar Prasad, profesor de política comercial y economía en la Universidad de Cornell. La implementación caótica de la política comercial de Trump estuvo marcada por una serie de cambios abruptos, así como por exenciones para productos y sectores clave, mientras países de todo el mundo se apresuraban a negociar con Washington. En abril, Trump se vio obligado a suspender los niveles más altos de sus aranceles "recíprocos" tras provocar turbulencias en los mercados bursátiles globales y una fuerte caída en los bonos del Tesoro estadounidense. Desde el inicio de su segundo mandato, logró acuerdos limitados u ofrecido excepciones sustanciales a países que representan el 60% de las importaciones estadounidenses sujetas a los aranceles recíprocos, mitigando el impacto total de las tarifas más elevadas que había amenazado imponer. Esto excluye las importaciones de México y Canadá, afectadas por un régimen arancelario aparte que Trump dijo estar orientado a combatir el tráfico de fentanilo y fortalecer la seguridad fronteriza. El acuerdo con la UE es el más grande en una serie de pactos rápidos celebrados por Trump, aunque los acuerdos con seis países más Bruselas no alcanzan la meta presidencial de 90 acuerdos en 90 días de pausa recíproca. Los mercados reaccionaron con optimismo a esos acuerdos, mientras líderes mundiales los celebraron: Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, calificó el acuerdo con la UE como un "avance" que ofrecía "certeza en tiempos de incertidumbre". Sin embargo, los países involucrados ahora enfrentan aranceles mucho más altos sobre sus productos que antes del comienzo del segundo mandato de Trump. La tasa efectiva de aranceles de EE.UU., según la última estimación de Yale, del 17,3%, es la más alta desde 1935, cuando alcanzó el 17,5%. Esa cifra podría aumentar aún más si Trump cumple su amenaza de imponer aranceles recíprocos completos a los países que no logren un acuerdo antes del 1 de agosto. Alan Wolff, investigador sénior en el Peterson Institute for International Economics, afirmó que los aranceles provocarán "cambios en los patrones comerciales", ya que algunas empresas trasladarán sus cadenas de suministro. "Estados Unidos, que en la visión de Trump es el mejor mercado del mundo, ahora ya no lo es tanto. Las empresas pueden empezar a buscar otros destinos donde su acceso no esté restringido." De los acuerdos alcanzados por Trump, solo se produjeron declaraciones o textos conjuntos escritos para los acuerdos con el Reino Unido e Indonesia, y algunos pactos presentan versiones divergentes entre las partes. Funcionarios vietnamitas no confirmaron haber aceptado las tarifas anunciadas por Trump, mientras que autoridades japonesas y estadounidenses han ofrecido interpretaciones distintas sobre los compromisos de inversión incluidos en su acuerdo. Por separado, EE.UU. acordó reducir tensiones con China en mayo, luego de que Trump elevara sus aranceles adicionales hasta el 145%, desatando temores de un embargo comercial efectivo. Aunque Trump calificó como un "acuerdo" las conversaciones con Londres, ambos países no han avanzado en resolver las diferencias económicas y comerciales fundamentales que existían antes del inicio de la guerra comercial. Mientras tanto, Trump ofreció concesiones significativas a México y Canadá, dos de los principales socios comerciales de EE.UU., aunque no cerró acuerdos con ellos desde su pausa del 2 de abril. Los inversionistas recibieron con alivio la ola de acuerdos arancelarios de EE.UU., apostando a que se ha evitado una guerra comercial total. Las acciones en EE.UU., Europa y Japón han alcanzado máximos históricos en los últimos días, marcando una rápida recuperación tras el desplome del mercado en abril. "Todo es simplemente alivio", dijo Gerry Fowler, jefe de estrategia de renta variable europea en UBS. "Un acuerdo es mejor que ningún acuerdo." Pero estas subidas podrían dar paso a pérdidas para los inversores una vez que se asimile el impacto real de los altos aranceles, advirtió Fowler. Según él, los mercados muestran alivio al disminuir el riesgo durante los primeros días tras un acuerdo, "pero luego el mercado vuelve a centrarse en los fundamentos". En el caso del acuerdo con la UE, "un 15% tendrá un impacto material en las ganancias, y va a haber un factor arancelario en las revisiones de ganancias durante los próximos seis meses", dijo Fowler. El dólar, en cambio, aún no se ha recuperado del caos en los mercados provocado por el anuncio de los aranceles del "día de la liberación" en abril. La moneda estadounidense permanece cerca de un 10% por debajo frente a una canasta de divisas rivales en lo que va del año, a pesar de un repunte del 0,8% el lunes. Información adicional de Demetri Sevastopulo