
Hace muchos años, cuando Argentina todavía era considerada una economía potente, un ex embajador de EE.UU. en Buenos Aires, escribió un libro de memorias que ayuda a explicar los problemas actuales de la deuda del país. "Muchos argentinos", escribió James Bruce en su libro de 1953 titulado "Esos argentinos": "miran las regulaciones de lal ey como un intento de intimidación y una reflexión sobre la dignidad personal". Este rasgo de Argentina "persiste", dijo Bruce. Un ejemplo de la picardía argentina podría ser el gol de Diego Maradona, la "Mano de Dios", contra Inglaterra en el Mundial de 1986.
Este rasgo de la picardía argentina estuvo de nuevo en plena exhibición el martes por la noche. Axel Kicillof, el ministro de Economía, dijo en una conferencia de prensa que el gobierno planificó intercambiar los bonos reestructurados bajo la ley de Nueva York a la legislación argentina.
Este plan de reestructuración de la deuda soberana tiene dos objetivos.El primer es eludir la sentencia de primera instancia ahora vinculante por el juez Thomas Griesa
Esto nos lleva al segundo objetivo del mapa trazado por el señor Kicillof: en esencia Argentina está jugando el "juego de la gallina con el NML", diciendo: Estamos dispuestos a ir tan lejos como la posibilidad de no pagarle. Teniendo en cuenta que, ¿cómo vamos a resolver este caso?
Esta es una política arriesgada. Si falla, un nuevo default mataría a las recientes medidas de la Argentina para reparar las relaciones con los mercados internacionales. Y a su vez frenaría la inversión y sumergería a la economía a una recesión más pronunciada.
La presidenta Cristina Fernández ha jurado que nunca sucumbirá a la "extorsión" de los holdouts. Ahora hay que ver si lo logrará.














