Argentina está coqueteando con un rol de “aguafiestas” en las principales negociaciones multilaterales, mientras el presidente Javier Milei muestra una estrecha alineación ideológica con la administración de Donald Trump.
En la cumbre climática COP30 en Brasil, que concluyó el fin de semana y fue boicoteada por el gobierno estadounidense, Argentina expresó repetidas veces su disenso durante las discusiones y revirtió un plan anunciado recientemente para presentar una nueva meta de emisiones con el fin de cumplir sus obligaciones bajo el Acuerdo de París.
Milei también se ausentó de la cumbre del G20 realizada el fin de semana en Johannesburgo, y su gobierno criticó la declaración conjunta de los líderes, después de que Trump evitara la reunión y pidiera a Sudáfrica no emitir un comunicado en ausencia de EE.UU.
El líder libertario ha criticado previamente a la ONU como un “gobierno supranacional” y recientemente redujo la participación de Argentina en el Consejo de Derechos Humanos del organismo.
Milei, quien comenzó la reconfiguración de la política exterior de su país antes del regreso de Trump a la Casa Blanca, se ha presentado como uno de los aliados más firmes del presidente estadounidense. El mes pasado, Argentina obtuvo una extraordinaria línea de financiación de U$S 20.000 millones del Departamento del Tesoro de EE.UU.

Pero el costo diplomático más amplio de un retiro total de las conversaciones multilaterales para Argentina es mucho mayor que para EE.UU., lo que exige un equilibrio delicado.
En el G20, el canciller Pablo Quirno celebró “conversaciones constructivas”, pero se quejó de que la declaración conjunta había sido adoptada “sin el consenso de todos los miembros” y señaló discrepancias en las referencias a Oriente Medio.
“Si bien Argentina no puede respaldar la declaración… mantiene su compromiso pleno con el espíritu de cooperación que ha definido al G20 desde su creación”, dijo Quirno en la cumbre.
En la COP30, la falta de Argentina de presentar un plan climático actualizado se produjo tras un giro abrupto respecto de la agenda establecida por Fernando Brom, su principal funcionario ambiental.
Brom había dicho la semana anterior que el país presentaría un plan actualizado de emisiones durante la cumbre, señalando que estaba “haciendo los deberes en política ambiental”.
En una entrevista con medios argentinos en agosto, Brom afirmó que sería “absurdo” abandonar el Acuerdo de París y que Milei “tomará mejores decisiones… cuando conozca un poco más sobre el medio ambiente”.
Pero medios locales informaron a comienzos de este mes que el recién nombrado jefe de Gabinete, Manuel Adorni, planeaba remover a Brom de su cargo en una reorganización.
Brom no asistió a la cumbre de la COP y Argentina no presentó su plan climático, según el registro de la ONU para los compromisos vinculantes, conocidos como contribuciones definidas a nivel nacional.
La Secretaría de Ambiente de Argentina no respondió a consultas sobre si Brom continúa en su puesto. El Ministerio de Relaciones Exteriores, que estuvo a cargo de la cumbre COP30, tampoco respondió.
El año pasado, Milei dijo que estaba considerando retirarse del Acuerdo de París, argumentando que “el calentamiento global no tiene nada que ver con la presencia humana” en la Tierra. Argentina retiró abruptamente su delegación de la COP del año pasado en Bakú en la semana posterior a la elección de Trump.
Pero funcionarios europeos han advertido desde entonces que salir del Acuerdo de París podría poner en riesgo el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, según dijeron diplomáticos extranjeros al Financial Times.
El texto del acuerdo, que será presentado a los Estados miembros en diciembre tras 25 años de negociaciones, incluye el compromiso de implementar el Acuerdo de París.
En intervenciones frecuentes durante la sesión plenaria de cierre de la COP30, Eliana Saissac, directora de Asuntos Ambientales de la Cancillería argentina, pidió que constara en actas que la ONU “afirme los derechos soberanos de los países” para tomar decisiones sobre sus planes climáticos nacionales.
Argentina se unió a Arabia Saudita y Rusia en no apoyar el impulso de más de 80 países para desarrollar una “hoja de ruta” destinada a que las naciones se alejen del uso de combustibles fósiles. El país está aumentando rápidamente sus exportaciones de petróleo y gas gracias al desarrollo de un yacimiento de shale en la Patagonia.
La delegación también fue destacada por formular objeciones sobre otros temas, incluido el lenguaje de género en el acuerdo de la COP30 que aborda el impacto en mujeres y niños.
Pidió que el lenguaje sobre género incluyera una referencia al sexo biológico, sumándose al planteo de países como el Vaticano e Irán.
















