Los bajos salarios y el precio del alquiler impiden la emancipación de los jóvenes españoles
El 84% de las personas que tienen entre 16 y 29 años no pueden abandonan la casa de sus padres hasta cumplir los 30,3.
Dejar la casa de los padres es un lujo que sólo se pueden permitir el 16,3% de los jóvenes, mientras que el 84% de las personas que conforman este grupo, que va de los 16 a los 29 años, independizarse es imposible, ya que la media en España de los que sí pueden dejar el hogar familiar está en 30,3 años.
Estos datos, publicados por el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud (CJE), colocan al país en los últimos puestos de Europa, casi cuatro por encima de la media de la Unión Europea (UE), que está en 26,4 años. España es la quinta nación donde los jóvenes más tardan en emanciparse de los 27 Estados miembros de la UE, de acuerdo a Eurostat.
La Oficina Europea de Estadística sostiene que, en la mayoría de los países del norte y oeste de Europa, los jóvenes abandonan el hogar parental, de media, a principios o mediados de la veintena, mientras que en los países del sur y del este la edad media se corresponde con el final de la veintena o principios de la treintena.
Los países con mayor y menos edad de emancipación
A la cabeza de la lista está Croacia, donde los jóvenes se independizan a la edad de 33,4 años, mientras que en la parte inferior de la clasificación se sitúa Finlandia (21,3 años). Los franceses lo hacen a los 23,4 y alemanes e italianos a los 23,8 y 30,0, respectivamente.
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Volviendo al caso español, la principal causa de este fenómeno es la combinación de los bajos salarios que se pagan, la alta tasa de temporalidad y el elevado precio de la vivienda, cuyo alquiler la hacen prácticamente inaccesible para un joven. De hecho, el informe de CJE explica que durante años el inmovilismo político en materia de vivienda generó que esta haya sido percibida como un bien de mercado y no como lo que realmente es, un derecho.
Un inmovilismo que tiene como consecuencia no solo que las personas jóvenes no se puedan emancipar, sino que además para las personas de 30 a 40 años exista una maldición de ser eternamente jóvenes y se vean obligadas a no poder emanciparse, a tener que volver a casa de sus padres o que su única alternativa sea la de compartir piso.
Con todo en los primeros seis meses de 2023 se notó una leve mejoría en el índice de emancipación, tras un 2022 en el que la tasa de emancipación se estancó en el 15,9%. Eso sí, aclara el informe, aún quedaba por debajo de los porcentajes antes de la crisis ocasionada por la pandemia de COVID-19 y muy lejos de los resultados anteriores a la Gran Recesión de 2008, cuando superaba el 25,0% de personas jóvenes emancipadas. Además, la tasa seguía muy por debajo de la media de la UE, situada en el 31,9% en 20221.
Las diferencias entre las comunidades autónomas
Pero esta mejora no llegó a todas las partes de España. De hecho, en 10 comunidades autónomas la tasa de emancipación se redujo con respecto al primer semestre de 2022. De esta manera, se pone de manifiesto que existe una gran diferencia en la posibilidad de emanciparse de una persona joven según la comunidad autónoma en la que viva.
Así las cosas, con una tasa de emancipación por encima de la media española figuran Cataluña (20,9), Canarias (19,1), Murcia (18,2), Madrid (17) y Baleares (16,4).
Por debajo de la media aparecen Aragón (16,2), Comunidad Valenciana (15,5), Navarra (15,5), Galicia (15,3), País Vasco (14,8), Extremadura (14,8), Castilla y León (14,7), La Rioja (14,7), Castilla-La Mancha (13,3), Andalucía (12,9) y Cantabria (11,0).
Esta desigualdad está intrínsicamente relacionada con la tasa de paro joven que existe en las distintas comunidades autónomas. Las comunidades en las que hay un mayor porcentaje de la juventud en situación de desempleo son, salvo alguna excepción, las mismas en las que menos personas jóvenes hay emancipadas. Además, en cinco de las siete comunidades en las que subió la tasa de paro con respecto al primer semestre de 2022 también descendió la emancipación.
También existen grandes diferencias en los salarios que perciben las personas jóvenes, a pesar de que subieron un 5,0% con respecto al primer semestre de 2022. En nueve de las 17 comunidades autónomas el salario neto mediano de una persona joven es de menos de 1000 euros al mes en 12 pagas. Además, en tan solo seis comunidades este salario mediano joven superaba el salario mínimo de 2023.
La dificultad para alquilar
Todo esto se daba mientras el alquiler mediano de una vivienda se disparaba: en seis comunidades autónomas ni siquiera dedicando el 100% de su sueldo una persona joven que cobrara el salario mediano podía alquilar una vivienda en solitario. Esto, sumado al gran incremento en el precio de los suministros, hizo que para un joven sea casi imposible emanciparse en solitario independientemente de su lugar de residencia.
De hecho, en el conjunto de España el salario joven mediano en 12 pagas se situaba en 1005,22 euros netos al mes. Por su parte, el alquiler mediano de una vivienda libre era de 944 euros mensuales, el 93,9% del sueldo de una persona joven. Si a esto le sumamos el gasto mediano de los suministros de una vivienda, de 138,12 euros al mes, el precio de un alquiler en solitario junto los gastos de luz, gas y otros suministros sumaría 1082,12 euros. Es decir, a una persona le faltarían 76,9 euros para poder vivir en solitario. De ahí que a muchos jóvenes no le queda otro recurso que compartir vivienda, incluso con desconocidos.
Aunque esta solución tampoco vale para todos. Porque ni siquiera alquilando una habitación en una vivienda compartida los jóvenes se libraban de dedicar como máximo el 30,0% de su salario a la vivienda habitual, como recomiendan la mayoría de los estudios. La habitación mediana en España costaba 375 euros al mes, el equivalente al 37,3% del salario mediano joven. En cuatro de ellas, incluso, superaba el 40% de su sueldo, por lo que las personas jóvenes de estas comunidades que vivieran de alquiler compartiendo piso se encontrarían sobreendeudadas.
Por su parte, el mercado de la compra, aunque menos, también se encareció en el primer semestre de 2023. Y si bien el importe de una hipoteca era, por lo general, más barato que el de un alquiler mensual, tampoco era algo asequible para una persona joven. La primera mensualidad de una hipoteca correspondería al 65,9% del salario mediano joven y para pagar la entrada de una vivienda una persona joven tendría que ahorrar 53,796 euros, el equivalente a cuatro años y medio de su sueldo.
Tasa de paro y pobreza entre los jóvenes
La tasa de paro se redujo ligeramente en el primer semestre de 2023 con respecto al mismo periodo del año anterior hasta el 20,1%, la cifra más baja desde mediados de 2008. Eso sí, la tasa de actividad en ese entonces era del 67,3 % y en junio de 2023 del 54,2%: había menos personas trabajando o buscando trabajo a mediados de 2023 que en el mismo periodo de 2008.
La tasa de paro es mucho más pequeña entre las personas jóvenes con estudios superiores: del 11,4%. Pero muchas de las personas jóvenes que habían completado este tipo de estudios sufrían un problema de sobre cualificación: el 40,4% de las que trabajaban lo hacían en un puesto que requería una formación más baja de la que podían acreditar.
Asimismo, tras la reforma laboral que entró en vigor en marzo de 2022 la temporalidad en el empleo, un problema tradicionalmente asociado a la población joven se redujo en más de diez puntos. Se pasó de una tasa de temporalidad del 47,2% a mediados de 2022 a una del 36,4% a mediados de 2023.
Por otra parte, los beneficios medianos de una persona joven autónoma eran de 3.135,90 euros al año, una cantidad casi cuatro veces inferior al salario mediano joven. Además, tenían que hacer frente a una cuota de autónomos de 230 euros mensuales, lo que hacía inasumible para la mayoría de la población joven emprender.
"A falta de que salga publicada la información de 2023, los últimos datos alertan de que la juventud es, en España, el segundo colectivo de edad con mayor riesgo de pobreza y exclusión social, tan solo superada por la infancia. En 2022, el 30,2% de las personas jóvenes se encontraban en riesgo de pobreza o exclusión social. Además, una de cada cinco personas jóvenes con trabajo también se encontraba en esta situación, por lo que tener un empleo no era, para la juventud, garante de tener estabilidad económica", concluye.