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Grupo Planeta: parte de la familia Lara busca vender su participación, los motivos

La rama Lara García busca poner en venta su participación del 33% del Grupo Planeta. Cuál será el futuro de la editorial más importante de España.

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Con la decisión de la rama Lara García de poner a la venta el 33% del Grupo Planeta, finalmente se produjo la ruptura entre las tres vertientes de la familia Lara, que controla Planeta desde su fundación, en 1949, por José Manuel Lara Hernández. Tras su muerte le sucedió su hijo José Manuel Lara Bosch. Ambos hombres llevaron a la compañía a lo que es hoy: uno de los grupos más poderosos e influyentes de España, gracias a sus tres áreas de negocios: el editorial, el de medios y el de la formación.

Cuando un cáncer de páncreas termina con la vida de Lara Bosch, nacen las primeras desavenencias en la familia. Pero la ruptura tomó impulso con otra muerte, la de Maribel Lara Bosch, acaecida este verano. La cuarta hija del fundador, al no tener hijos por ser soltera, repartió su participación (24%) a partes iguales entre las otras tres ramas de la familia que, de este modo, pasaron a controlar cada una el 33% del capital.

Maribel, a pesar de tener un 2% menos de las acciones del grupo por ser mujer (sus hermanos heredaron el 26%), tuvo una enorme influencia en la empresa, sobre todo en el nombramiento y afianzamiento del actual presidente del Grupo Planeta, José Creuheras, y en la caída en desgracia de José Manuel Lara García, su sobrino e hijo del segundo presidente de la compañía catalana, Lara Bosch. Con la desaparición de Maribel, la ruptura de la rama Lara García con las ramas Lara Hoces y Falcó Lara estaba servida. Conozcamos cómo se fue dando esta historia.

El verdadero juego de tronos

Grupo Planeta es dueño de Antena 3, laSexta y la radio Onda Cero. (Fuente: Grupo Planeta)

El anuncio de José Manuel Lara García de la decisión de poner a la venta el tercio de la rama Lara García puso fin a una secuencia de hechos por los que el mayor de los hijos de Lara Bosch se sintió ninguneado por sus primos, tía y, sobre todo, por el presidente del grupo José Creuheras, un histórico de la compañía que llegó a lo más alto sin ser miembro de la familia.

En efecto, con la muerte de Lara Bosch, en 2015, se producen dos movimientos que ocho años más tarde desembocaría en el cisma que acabaría con los Lara como únicos propietarios del Grupo Planeta. Por un lado, José Manuel fue designado consejo delegado; y por otro, Creuheras se hizo con la presidencia del grupo. 

Una cohabitación entre los dos hombres más poderosos de Planeta que resultó no amistosa: tres años más tarde, Lara Bosch intentó desplazar a Creuheras de la presidencia para sentarse en su sillón. La jugada salió mal. La familia, entre ellos Maribel, apoyó sin matices al abogado. José Manuel fue destituido. 

Aunque aún le esperaba otro golpe difícil de asimilar: en noviembre de 2020 fue defenestrado del consejo de administración y reemplazado por su hermano Fernando.

El destierro de un Lara no es un hecho de fácil digestión para una burguesía conservadora como la catalana, más cuando la operación estuvo comandada por un ejecutivo que no lleva el apellido de la saga. 

Quizás por este motivo, el grupo salió a justificar la destitución mediante un comunicado oficial en el cual se argumentaba que la decisión se tomó para "dar un nuevo impulso a la compañía en un contexto global de gran transformación de los modelos de negocio en los ámbitos del libro, la información, la formación y el entretenimiento audiovisual".

Las principales claves de la venta

Morgan Stanley fue contratado para gestionar la venta de un tercio de Grupo Planeta (Fuente: Shutterstock)

Los Lara García contrataron a Morgan Stanley para gestionar la operación que se calcula será de unos 900 millones de euros. Sin embargo, la venta del 33% en manos de la rama disidente tiene sus inconvenientes, todos en el mismo orden de importancia. Veamos.

La política del grupo tiene a la reinversión de los dividendos como eje central, hecho que aleja a los potenciales compradores que buscan sacar rentabilidad a su inversión, con el agravante que como socios minoritarios estarían en clara desventaja ante el resto de los accionistas

Para colmo, al ser el Grupo Planeta una sociedad cerrada, por lo que sus acciones no cotizan en bolsa, la salida de la empresa del futuro socio es también muy difícil. Como telón de fondo está la voluntad de las otras dos ramas familiares de mantener un compromiso expreso con el proyecto a largo plazo.

Asimismo, el grupo que en 2022 facturó 1800 millones de euros, esto es, un 5,8% más que el ejercicio anterior, y paga 12.500 sueldos cada mes, debe afrontar en 2025 el vencimiento de sus créditos de 311 millones de euros. Además del préstamo tomado por Atresmedia por otros 250 millones. 

Más los 200 millones en bonos que cotizan en la Bolsa de Fráncfort y vencen en 2024. Creuheras dijo en la entrega de los Premios Planeta -el ganador se lleva un millón de euro -, que espera cerrar este ejercicio con un ebitda de 350 millones y una deuda de 250 millones.

En cuando a las áreas de negocios, las actividades del Grupo Planeta se distribuyen de la siguiente manera: Editorial (26%), Medios (48%), Formación (23%), mientras que el 3% restante se distribuyen en empresas participadas.

Entre las joyas de la Corona figura Atresmedia, propietaria de las cadenas de televisión Antena 3, laSexta y la radio Onda Cero. También es accionista de referencia del periódico La Razón.

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