SÃO, la famosa cadena de medialunas argentina, ya llegó a Barcelona: próxima parada, Madrid

SÃO, la emblemática marca argentina de medialunas, celebra más de 70 años de historia y expansión. Su fundador, Ángel García, un inmigrante español que llegó a la Argentina con la visión de emprender en la gastronomía, es el responsable de la creación de una de las panaderías más icónicas.

Con una receta única, que ha atravesado generaciones, Sao no solo ha conquistado el paladar de los argentinos, sino que está marcando su huella en Europa. 

Hoy en día, bajo la dirección de la tercera generación, encabezada por su CEO Gustavo Giorgio y Waldo Barcos, socio director, SÃO ha dado un gran paso hacia la internacionalización, llevando su propuesta a Europa. 

En esta conversación exclusiva con El Cronista España, Barcos relata todo sobre los orígenes de la marca, su proceso de expansión y los retos que han enfrentado al salir al mercado internacional.

El origen de Sao: un sueño de inmigrante

La historia de SÃO comenzó hace más de 70 años en Mar del Plata, cuando Ángel García, un visionario inmigrante español, llegó a Argentina en busca de nuevos horizontes. Tras desembarcar en Buenos Aires, empezó su carrera como vendedor ambulante en trenes, hasta que, con el tiempo, vio una oportunidad en la gastronomía. Comenzó a ofrecer comida en ruta para los viajeros que viajen a la costa, y fue en esa época cuando nació la marca Sao, centrada en la venta de medialunas. 

La idea del fundador "fue crear algo único para los viajeros que se dirigían a Mar del Plata", cuenta Waldo Barcos, socio director de la marca.

Con el paso del tiempo, y a medida que su hija crecía, García decidió abrir el primer local en San Martín y Santiago del Estero, en Mar del Plata, donde comenzó a ofrecer su famosa medialuna. "Ángel fue un pionero. No solo creó un producto único, sino que también introdujo innovaciones como cintas transportadoras para el café y una estética mid-century en sus locales", recuerda Barcos.

Abrazar la innovación, pero sin dejar de lado la tradición

A lo largo de los años, la marca ha sabido adaptarse a los cambios sin perder su esencia. "Hace unos 10 años decidimos reversionar la medialuna y adaptarla a los nuevos gustos, incorporando rellenos innovadores como chocolate picante, pistacho, Nutella, crema de maní y hasta opciones saladas como jamón y queso o jamón ibérico con aceitunas", apunta Barcos. 

Esta apuesta por la innovación ha permitido que SÃO continúe atrayendo a públicos más jóvenes, sin perder a sus clientes tradicionales.

Además de las medialunas, Sao ofrece una propuesta de cafetería moderna, con café frío y otros productos que complementan la experiencia gastronómica. "Queremos mantener la esencia de la marca, pero adaptarnos a las nuevas tendencias. El espíritu emprendedor de Ángel sigue vivo, pero hemos logrado incorporar elementos contemporáneos", agrega Barcos.

La internacionalización: Sao llega a Europa

Pero la mirada de Sao no se limita a Argentina. En los últimos años, la marca ha dado un paso importante hacia la internacionalización. "Decidimos que España sería nuestra puerta de entrada a Europa, en particular Barcelona. Tiene muchas similitudes con Mar del Plata, es una ciudad costera y cuenta con una gran comunidad argentina", explica el entrevistado.

El primer local se abrió en el Barrio Gótico de Barcelona, un lugar turístico clave, y desde entonces, la expansión no ha parado. "Buscamos lugares con alta afluencia de público y recientemente hemos abierto otro local en la Diagonal, una zona muy tradicional de Barcelona. Nuestro objetivo es abrir más locales en esta ciudad y expandirnos a Madrid en los próximos meses", dice Barcos con entusiasmo 

A pesar de la diferencia en los hábitos de consumo, Sao ha logrado una buena aceptación en España. "En la Argentina, la media luna es un producto que se comparte, pero en España el consumo es más individual. Sin embargo, estamos logrando transmitir nuestra cultura de compartir, a la vez que ajustamos nuestra oferta para los gustos locales", explica Barcos.

El proceso de adaptación ha incluido también la selección de materias primas locales para mantener la calidad y sabor de los productos. "Hicimos un trabajo previo para encontrar harinas y mantecas que se asemejen a las que usamos en la Argentina. Además, el azúcar se obtiene de la remolacha en lugar de la caña, lo que genera algunas diferencias, pero respetamos al máximo el proceso artesanal", comenta.

Desafíos y oportunidades: expansión más allá de Europa

Con el éxito en Barcelona, la mirada de Sao se dirige ahora hacia nuevos mercados. "Estamos evaluando abrir en Madrid y, en el futuro, queremos explorar otros mercados internacionales como los Estados Unidos, Brasil y Uruguay. Hay un gran mercado latinoamericano que nos interesa mucho, especialmente por la conexión que tenemos con la comunidad argentina en esos países", concluye Barcos.

"La marca no es solo el producto, sino la experiencia", afirma Barcos. "Lo que queremos llevar al mundo es la experiencia SÃO: el sabor de nuestras medialunas y la atmósfera única que creamos en cada local. Estamos comprometidos con la frescura y la calidad del producto, y no pensamos en congelar nuestras medialunas para exportarlas, sino en mantener la esencia artesanal que nos caracteriza".

Si bien aún no han lanzado formalmente la opción de franquiciar en Europa, ya están trabajando en la estructuración del modelo y en la búsqueda de franquiciados interesados en expandir la marca. "Queremos asegurarnos de que quien elija nuestra franquicia entienda nuestra filosofía y respete el proceso que hemos creado", agrega.

SÃO, la marca que nació en Mar del Plata hace más de 70 años, sigue evolucionando y adaptándose a los tiempos, pero siempre con el mismo compromiso de ofrecer un producto único y fresco. Con su mirada puesta en el futuro, la empresa no solo busca expandir sus horizontes, sino también transmitir su legado y pasión por la gastronomía argentina al mundo.