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Aunque muchos no lo sepan, la forma en la que respiramos puede afectar directamente nuestra capacidad para recordar las cosas. Así lo ha confirmado una investigadora científica quien ha estudiado cómo la meditación revela la relación entre el cerebro y el resto del cuerpo.

"Aquello que escuchamos mientras inspiramos por la nariz tiene más probabilidades de ser recordado que si lo hacemos durante la exhalación o la inspiración bucal", así lo explica la neurocientífica Nazareth Castellanos en el programa Tot es Mou de TV3.

Además, se dedica a desarrollar las bases científicas de la influencia del intestino, la respiración, el corazón o la postura corporal sobre la dinámica neuronal.

Una doctora e investigadora científica señaló que el cerebro interrumpe el ciclo respiratorio cuando alguien va a decirnos algo importante. ¿A qué se debe?
Una doctora e investigadora científica señaló que el cerebro interrumpe el ciclo respiratorio cuando alguien va a decirnos algo importante. ¿A qué se debe?

¿Qué ocurre en el cerebro?

La investigadora ha explicado que cada vez que inspiramos por la nariz, se activa el bulbo olfativo. A los 300 milisegundos de haber entrado el aire, se genera un impulso eléctrico en el hipocampo, que alinea las neuronas en un ritmo conocido como alfa.

"Imagínate: llegan las neuronas del hipocampo, llega la inspiración, y todas ellas se ordenan como una orquesta. Así, tengo más capacidad de atención y memoria", apuntó Castellanos.

El hipocampo es una parte clave del cerebro, estrechamente vinculada al aprendizaje y la memoria. Su papel esencial consiste en estructurar y ordenar los recuerdos. Por eso, todo estímulo que favorezca su funcionamiento puede potenciar nuestra habilidad para adquirir y retener información.

También señala cómo el cerebro responde ante estímulos importantes: "Cuando alguien va a decirte algo relevante, o cuando hay algo que necesita tu atención, el cerebro interrumpe el ciclo respiratorio en el que esté y comienza una inhalación para darte más recursos. Imagínate que estoy cansada, que pasa mucho, noto que estoy un poco más lenta, y necesito, en ese momento, más atención y memoria", cuenta.

¿Qué sucede si respiramos mal?

"Eso es justo lo que se está empezando a investigar ahora", advierte la experta. Y pone como ejemplo a los niños. Al comenzar la etapa escolar, es común que los niños empiecen a tener mocos con frecuencia, ya sea por contagios en el aula, en el parque o en distintos entornos sociales. Como resultado, desde pequeños su cuerpo se adapta a respirar por la boca, ya que la nariz se convierte en un sistema poco fiable.

"Cada dos por tres me falla", comentan, lo que les lleva a preferir la respiración bucal de forma habitual.