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Los rollos encontrados en las cuevas de Qumrán representan el hallazgo más impactante del siglo XX. Sucedió en la década del 40 cuando un equipo de arqueólogos descubrió una serie de papiros escritos en arameo, griego y hebreo.Los mismos contenían información nunca antes vista sobre pasajes ocultos de la Biblia.

Los Manuscritos del Mar Muertoo, también llamados Rollos de Qumrán, por el lugar en el que fueron descubiertos, son una colección de 972 manuscritos.La mayoría datan del año 250 a. C. al año 66 d. C., años antes de la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén.

Este hallazgo sucedió en 1947. Nunca antes se había visto un registro antiquísimo que confirmara los relatos bíblicos. Por ello, los arqueólogos se sorprendieron al leer pasajes del Deuteronomio y otros libros del Antiguo Testamento en los rollos.

¿Qué está escrito en los Rollos del Mar Muerto?

Hace aproximadamente 2100 años, los escribas antiguos ocultaron papiros al interior de cuevas al norte del Mar Muerto para protegerlos. En ese tiempo, se creía que la información registrada en los pergaminos provenía de la comunicación divina, lo que los convertía en documentos sagrados.

En total, se han encontrado alrededor de 230 fragmentos de relatos exclusivamente bíblicos. Los más antiguos se han datado del siglo III a.C., según documenta el Museo de los Rollos del Mar Muerto en Israel.

Cabe destacar que esta serie de papiros contienen un cuerpo único de literatura religiosa. Es decir, se dividen en dos grandes grupos: los manuscritos bíblicos -que se recopilaron en la Biblia hebrea actual- y los no-bíblicos. Estos últimos son textos sagrados que circulaban alrededor de la época del Segundo Templo, explica la institución.

Dada la amplia variedad de relatos sagrados, los estudiosos que han analizado los Rollos del Mar Muerto sugieren que las comunidades contemporáneas de estos rollos no compartían una concepción unificada de la Biblia. La noción de un "canon" bíblico se consolidó siglos más tarde, durante el Imperio Romano, y algunos pasajes fueron excluidos de la narrativa religiosa "oficial".

¿Cómo se descubrieron?

Los primeros siete rollos de pergamino los encontraron por casualidad dos pastores beduinos de la tribu Ta'amireh en 1947 en una de las cuevas mientras perseguían a una de sus cabras que se había extraviado.

Estos rollos se vendieron (troceados, para aumentar su precio) a dos anticuarios de Belén. Cuatro de ellos se revendieron por una pequeña cantidad al archimandrita del monasterio sirio-ortodoxo de San Marcos en Jerusalén, Atanasio Josué Samuel. Los tres siguientes terminaron en manos del profesor judío Eleazar Sukenik, arqueólogo de la Universidad Hebrea de Jerusalén, quien, enterándose de su valor, los compró en 1954.

Más tarde, se difundieron copias de los rollos, generando un gran interés entre los arqueólogos bíblicos. Esta divulgación condujo al descubrimiento de otros seiscientos pergaminos y cientos de fragmentos más.