

El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, reconoció hoy que los trabajadores aceiteros percibirán un aumento salarial mayor al que homologará esa cartera y aseguró que eso es posible por que las empresas del sector tienen “altísimos niveles de rentabilidad”.
El funcionario explicó: “Las negociaciones colectivas tienen tradicionalmente dos partes: una es la escala salarial y otra la de las cláusulas convencionales, que tienen que ver con condiciones de trabajo”.
En declaraciones radiales, Tomada sostuvo que con los aceiteros “es cierto que en este último tiempo ha predominado la discusión de la escala salarial y se cerró con un incremento del 27,8%. Eso implicó el levantamiento del paro, pero hoy las partes se juntan para discutir las cláusulas convencionales”.
“Algunas de esas cláusulas son de interés de los trabajadores y otras de los empleadores”, añadió el ministro, quien a la vez admitió que “es probable que en estas conversaciones se incorpore el tema del presentismo”.
‘Es que los niveles de ausentismo preocupan a la industria en la zona de Rosario, y se estaría negociando un incremento del presentismo”, expresó.
Según Tomada, “en toda negociación salarial, a veces, se olvida que existe una contraparte, ya que los empleadores también tienen sus intereses”.
Los aceiteros, por su parte, difundieron hoy un comunicado donde dan detalles sobre el acuerdo alcanzado hoy mismo a la tarde con las cámaras patronales del sector, con las habían acordado sentarse el viernes, en el acta mediante el cual se levantaron las medidas de fuerza que afectó todo el movimiento del complejo oleaginoso del país, en particular del sur del Rosario, con barcos varados, puertos en huelga y que amenazaba con perdidas millonarias para el sector.
Según el gremio, “en el día de hoy se arribó a un acuerdo con las cámaras empresariales que lleva el salario inicial de $10.500 a $14.300”. El comunicado, precisamente, arranca con ese dato, ya que el porcentaje reclamado está orientado porque la demanda estratégica de los aceiteros, más allá del dato inflacionario, es “ el Salario Mínimo, Vital y Móvil”, concebido como salario equivalente a la canasta familiar, es decir “tal como se lo define en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo”, como "la menor remuneración que debe percibir en efectivo el trabajador sin cargas de familia, en su jornada legal de trabajo, de modo que le asegure alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión".
Los aceiteros, ajenos al Indec, consideran que hoy el salario mínimo es de $14.931 para el salario inicial a partir de abril de 2015. “El acuerdo alcanzado implica un salario inicial de $14.300 y por lo tanto nuestra demanda salarial fue cubierta en un 96% de lo que pedíamos”, celebra el gremio.
“Esto lo hemos logrado suscribiendo un acta de aumento general en los salarios básicos ante el Ministerio de Trabajo de la Nación el día viernes 29 de mayo pasado, y otra en el día de la fecha, lunes 1 de junio, conforme al compromiso asumido por las partes el día viernes. En este último acuerdo con las cámaras empresarias en forma directa, se sumó un adicional de $880 en la categoría mínima”, dicen los aceiteros, que detallan: “Así, sumando el acuerdo ante el Ministerio y el acuerdo con las empresas, los salarios mensuales por la jornada normal de trabajo quedan de esta manera:
Categoría A: $14.300
Categoría B: $15.456
Categoría C: $16.862
Categoría D: $18.410,40
Y siguen: “A estos salarios se les debe agregar los adicionales convencionales de antigüedad (1% cada año) y turno rotativo (18% para tercer turno y 30% para cuarto turno).
Los aceiteros, sin embargo, denuncian que “en un acto de desprecio a la vida humana”, la patronal “se negó a incorporar al convenio nacional la obligación de constituir los Comités Mixtos de Seguridad y Salud en el Trabajo conformado por representantes de los trabajadores y de las patronales en cada empresa, algo que había sido acordado en las reuniones previas, y que se negaron a incorporar en el acta definitiva”.
“Nuestra Federación presentó este punto del petitorio para la prevención y protección de la vida, salud e integridad psicofísica de los compañeros y el mejoramiento de las condiciones y medio ambiente de trabajo, objetivo fundamental de nuestra organización. El rechazo empresarial demuestra cuán poco les importa la vida y la salud de las personas que trabajan en sus plantas, sean nuestros compañeros obreros y empleados, sean transportistas u otros trabajadores, o los jerárquicos que les responden directamente”, advierten.
Y cierran, victoriosos: “Compañeras, compañeros: el logro que obtuvimos en la negociación paritaria más compleja que hayamos vivido, sólo fue posible mediante el monumental esfuerzo y compromiso de los miles de obreros aceiteros que junto a nuestras familias, con paciencia y firmeza inquebrantables, pusimos en pie y sostuvimos la gran Huelga Nacional Aceitera”.













