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"Nunca en mi vida hice esperar a alguien dos horas. Es una falta de respeto": así empezó la presentación del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ante el recinto de la Cámara de Diputados este martes, en el marco de su interpelación por el escándalo de la criptomoneda LIBRA. La ausencia del resto de los funcionarios causó revuelo y la oposición, que no quería dejar pasar el desplante, se la hizo pagar al ministro coordinador.

Se trató de la primera interpelación a un funcionario nacional en 30 años. Tal como anticipóEl Cronista, ni el titular de la cartera de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, ni el jefe del Palacio de Hacienda, Luis Caputo, asistieron al Congreso pese a haber sido interpelados por la mayoría del pleno. Tampoco fue el titular de la Comisión Nacional de Valores, Roberto Silva, quien no tiene rango ministerial.

"Aparentemente el señor jefe de Gabinete no tiene autoridad política suficiente para asegurar que los ministros cumplan con sus obligaciones constitucionales", reprochó el diputado Fernando Carbajal, radical de Democracia Para Siempre. Todos los ausentes fueron citados nuevamente el miércoles 14 a las 12 horas para ser interpelados por la Cámara.


Interpelación LIBRA: la justificación de los ministros

El faltazo sorpresa fue el de Cúneo Libarona, quien se pensaba como el único acompañante de Francos para la jornada hasta la noche anterior. "En virtud de compromisos urgentes asumidos previamente en el ámbito del ministerio de Justicia, me veré impedido de comparecer al recinto", justificó vía una nota dirigida al presidente de la Cámara baja, Martín Menem, a la que accedió este medio. Aclaró, además, que la Unidad de Tareas de Investigación (UTI), dependiente de su propia cartera, cuenta con "toda la información recabada".

Luis Caputo hizo lo propio: "Por cuestiones de agenda impostergables, no podrá asistir al recinto", considera su nota. "Sin perjuicio de que el Ministerio a mi cargo no ha tenido vinculación alguna con las cuestiones relativas al criptoactivo LIBRA ni posee información acerca de aquellas, estoy a disposición a fines de colaborar con esta Honorable Cámara e informar por escrito -si la urgencia lo amerita-", agrega. Ambas cartas fueron leídas en el recinto por el secretario parlamentario.

La oposición reaccionó, primero, con un planteo de voto de censura para el propio Francos. El pedido lo llevó adelante Carbajal: "Este Congreso no puede dejar pasar en silencio que dos ministros se ausentaron", agitó. Luego, la diputada de Unión por la Patria, Cecilia Moreau, propuso ir a un cuarto intermedio -es decir, levantar la sesión- hasta el martes 13 de mayo para "continuar con la interpelación de los funcionarios que hoy no se pudieron acercar por cuestiones de agenda".

El oficialismo se negó rotundamente a aceptar esa propuesta. Mientras que Menem, eufórico, apelaba a que no correspondía votarla hasta el final de la sesión, otros libertarios defendieron que se trataba de una nueva interpelación y se requerían dos tercios. "¿Cómo vamos a pedir un cuarto intermedio al comienzo, cuando no empezó la sesión todavía?", cuestionó entre gritos, insultos y acusaciones.

Así fue como se desató un debate reglamentario de 90 minutos que incluso causó divisiones entre la propia oposición, que asomaba con no ponerse de acuerdo para definir una avanzada en común.

Por su parte, Miguel Ángel Pichetto, líder de Encuentro Federal, planteó seguir con las citaciones desde la comisión investigadora, que se reunirá mañana para elegir a sus autoridades. Sin una posición unificada entre toda la oposición, difícilmente podían avanzar con una consecuencia contundente.

Finalmente primó la postura libertaria: el radical Julio Cobos apoyó la interpretación del presidente de la Cámara y Francos ingresó al recinto, tras casi dos horas de espera. "Una vergüenza que lo tengan dos horas esperando al jefe de Gabinete porque no se ponen de acuerdo con el reglamento", se quejaban sus allegados en diálogo con El Cronista.

Francos hizo saber de su indignación apenas se sentó, lo cual no fue bien recibido: "¡Caradura!", le habría gritado el diputado de UP, Sergio Casas, sentado justo en frente del ministro, algo que repitió más tarde también Germán Martínez, jefe de bloque, cuando Francos repasaba las causas judiciales del kirchnerismo que no motivaron interpelaciones o comisiones investigadoras. "Caradura sos vos", replicó en esta oportunidad el funcionario, ya para el final de la sesión.

La sesión comenzó cerca de las 16 y se fijó un esquema para que UP tuvieran 38 minutos para preguntas, 20 para Encuentro Federal, 17 para Democracia Para Siempre, 9 para la Coalición Cívica y 6 para el interbloque del Frente de Izquierda. Ni el PRO, ni la UCR ni La Libertad Avanza se prestaron a colaborar con preguntas. El reloj se pausó para cada respuesta del jefe de Gabinete.

Ya pasadas las 20, finalmente se llegó a un acuerdo entre los diputados y Menem para que Presidencia cite a los funcionarios ausentes para el próximo 14 de mayo. Fue lo más seguro para todos, ya que activar otra votación era un riesgo.

Como sea, lo más probable es que vuelvan a faltar. Con esta "segunda oportunidad", en realidad, lo que consigue la oposición es tiempo para pensar cómo proceder para que el hecho tenga alguna consecuencia. A sabiendas de que ya iba a haber ausencias, ayer ya algunos se anticipaban con la posibilidad de hacer una denuncia o, incluso, pedir un juicio político.