

Juan Schiaretti, candidato a gobernador de Unión por Córdoba, cerró su campaña de cara a las elecciones del próximo domingo con dos platos fuertes: el miércoles estuvo en Río Cuarto, la segunda ciudad más importante de la provincia, junto al gobernador José Manuel De la Sota y el diputado nacional Sergio Massa, ambos precandidatos a presidente por el espacio UNA; y ayer convocó a una fiesta multitudinaria en el complejo FORJA, con shows del Sapo Pepe y Palito Ortega incluidos.
Lo que se juega Schiaretti, además de la gobernación, no es poco: quiere alejar el fantasma de la elección del 2007, cuando se presentó para suceder a José Manuel De la Sota, que venía de dos gestiones consecutivas en la gobernación de la provincia, y obtuvo una ajustadísima victoria por poco más de un punto frente al candidato del Frente Cívico Luis Juez, quien denunció que en esas elecciones se había producido fraude electoral.
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Las encuestas que se fueron difundiendo a lo largo de los 60 días de campaña siempre favorecieron a la fórmula Schiaretti -Llaryola, y las últimas le daban una intención de voto superior al 33%, por lo menos 3 puntos arriba respecto del segundo candidato de preferencia de los cordobeses. Hasta dos semanas antes de la elección, el segundo lugar era para la fórmula de la triple alianza cordobesa (UCR-PRO-Frente Cívico) Aguad-Baldassi, aunque De la Sota reconoció en diálogo con una radio local que los datos que ellos manejaban avalaban una suba de algunos puntos de los candidatos del kirchnernismo Eduardo Accastello y Cacho Buenaventura.
El eje de la campaña del oficialismo cordobés fue apelar a la idea de seguir avanzando: "Que Córdoba vaya más alto" fue el slogan de los carteles y afiches que se pudieron ver a lo largo de todo el territorio provincial. De resultar electos este próximo domingo, en diciembre comenzaría la quinta gestión consecutiva de Unión por Córdoba en el Ejecutivo provincial y sumaría un total de 20 años en el poder.
En el acto de cierre del miércoles por la noche en Río Cuarto, en el que lograron convocar a más de 5000 personas, Schiaretti y su compañero Martín Llaryola prometieron la continuidad de las políticas implementadas por De la Sota, como el boleto educativo gratuito o el boleto obrero, y criticaron fuertemente al resto de los candidatos por no decir cómo piensan llevar adelante las promesas de campaña.
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El jueves por la tarde, en la última actividad antes de la veda electoral, Unión por Córdoba convocó a una Fiesta de la Familia en el complejo FORJA, en el que programaron shows para todas las edades: el Sapo Pepe abrió la velada y Palito Ortega la cerró. Miles de niños, llevados por sus madres y abuelas, llenaron uno de los complejos de mayor capacidad de la capital provincial. Había juegos, sorteos, castillos inflables y más de 10.000 personas en el cierre de la campaña más localista de la elección cordobesa.
"Yo nací en el barrio de Talleres Oeste. Tengo el orgullo de ser de un barrio nacional y popular", dijo el ex gobernador y actual diputado Juan Schiaretti, haciendo referencia a que estaba cerrando su campaña en el mismo barrio del que proviene.
Si bien en su entorno se muestran tranquilos porque saben que las encuestas los respaldan, aseguran que "todavía hay que ganar" en las urnas, y deslizaron una crítica a la oposición: "Hubo una deficiencia de candidatos".
En Córdoba se juega algo más, De la Sota apuesta a un triunfo como carta de presentación en la pelea nacional, donde el 9 de agosto compite en la PASO presidencial de UNA con Sergio Massa.













