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Un día después de su primera reunión "positiva" con el gobierno de Javier Milei, la CGT le puso fecha al paro nacional y sumó dos movilizaciones contra las políticas de ajuste del plan económico y el techo a las paritarias. El anuncio lo hicieron el triunvirato en su conjunto -Héctor Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña- tras una reunión con presencia casi perfecta del Consejo Directivo de la central.

Entre otras cuestiones, alegaron que en el Ejecutivo habían incumplido su compromiso de homologar la paritaria de los Camioneros ayer por la mañana. No solo eso, advirtió el líder del gremio, incluso los habían desafiado con un techo muy inferior para los próximos meses. El gremio había cerrado una negociación del 25% y del 20% mientras que el límite que pretendía Luis Caputo era del 12 y el 9%. Eso bajaría drásticamente más de cara al nuevo año paritario del sector de los Moyano que arranca en abril.

"El impacto que va a generar el ajuste de precios, de tarifas, y el ajuste que se viene dando en esta intención de achicar los salarios solo nos va a llevar a un proceso recesivo de un nivel inaceptable", justificó Daer. Y añadió: "No podemos aceptar que todo se libere y que se pretenda que los salarios tengan límites. Somos organizaciones sindicales responsables y tenemos claros cuáles son los límites y las posibilidades de cada sector para llegar acuerdos".

Desde el Gobierno, el subsecretario de Prensa de la Nación, Javier Lanari, fue uno de los primeros en salir al cruce. "La CGT está decidida a que (Javier) Milei sea el Presidente con mayor cantidad de paros generales. Sindicalistas con síndrome de abstinencia. Hibernaron 4 años en el periodo de mayor empobrecimiento de los trabajadores. Es un gran honor!", posteó el funcionario en Twitter.

La reunión del Consejo Directivo de la CGT se extendió durante unas tres horas, aunque la decisión de ponerle fecha al paro se dio a conocer en la primera. El plan de lucha de la principal central sindical incluirá un acto masivo el 1° de mayo, con una marcha que recorrerá la avenida Independencia hasta llegar al Monumento al Trabajo, en consonancia con el Día de las y los Trabajadores, donde se leerá un nuevo documento. Luego vendrá la huelga general el 9 de mayo sin movilización. Más tarde, se anunció que también se plegarán a la Gran Marcha Universitaria convocada para el 23 de abril.

"Sirve para descomprimir", explicó un referente que estuvo dentro del salón de la sede Azopardo durante el largo encuentro. En diálogo con El Cronista afirmó que solo se escucharon discurso de apoyo a la medida de fuerza. Al ser consultados en la conferencia de prensa posterior si el mes por delante deja las chances abiertas a una negociación que pueda suspender la medida. Daer se limitó a repetir que el paro sería el 9 de mayo pero Moyano, fuera del micrófono, acotó por lo bajo y luego más fuerte: "Nos vamos del país (si lo suspendemos)".

En conversación con este medio, otro referente enfatizó que no hay vuelta atrás. Que la decisión de llamar a una medida de fuerza nunca se puso bajo discusión durante la reunión a puertas cerradas aunque sí se debatió respecto a cómo construir el volumen crítico para la huelga y mantener la tensión posterior para que no sea un acto desconectado. Sergio Romero, de la Unión de Docentes Argentinos, fue uno de los más enfáticos en este sentido.

Cómo está la relación entre la CGT y el Gobierno

En rigor, el anuncio de la medida de fuerza no toma al Gobierno por sorpresa porque la delegación que había visita la Casa Rosada el día anterior había anticipado al ministro del Interior, Guillermo Francos, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el asesor Santiago Caputo, que en el Consejo Directivo del día siguiente se iba a discutir una medida.

Si bien el encuentro cara a cara había sembrado algunas dudas sobre si serviría o no para sosegar el clima gremial, desde la CGT misma recordaron que la fecha del 24 de enero también se puso en el primer encuentro del cuerpo, cuando todos pensaban que llevaría más tiempo de debate.

"El Consejo Directivo ya está mandatado para tomar medidas de fuerza y todas las que considere necesarias", remarcaron desde el cuerpo directivo de la CGT a El Cronista. De hecho, el plan de acción del sindicalismo puede no agotarse en estas tres acciones concretas durante las próximas cuatro semanas, en particular, considerando las pujas particulares que están dando los gremios.

Uno de los ejemplos más próximos es el de la UOM y su tensa paritaria que se encamina a un paro por tiempo indeterminado en Acindar. Abel Furlán, su secretario general, fue el único ausente con aviso en el Consejo de ayer. No obstante, el caso emblemático por excelencia de lo que pueden escalar los conflictos sectoriales en el futuro inmediato lo representan hoy los Camioneros que en su plenario propio, ayer mismo, mandataron a las autoridades a poner fecha a un paro de 48 horas.

El nuevo techo que buscan imponer a los Camioneros

Dentro de la CGT, el consenso es que el Gobierno eligió la paritaria de los Camineros como emblema. Y que la decisión de no homologarla es más una puja política a esta altura que un tecnicismo sujeto a las impugnaciones que presentaron cuatro cámaras empresarias de las provincias. Como argumento de su lectura, el propio Daer mencionó ayer en la CGT el compromiso incumplido por el Gobierno de destrabarla -como se había sugerido en la cita en la Rosada-, un gesto que esperaban para la mañana de ayer.

Lejos de eso, el gobierno de Javier Milei redobló la apuesta y le bajó todavía más el techo a las paritarias de los próximos meses. A lo largo de toda la jornada, la cúpula de la CGT se comunicó con Julio Cordero, secretario de Trabajo, contaron ayer los propios dirigentes.

No solo no recibieron respuesta sino que los abogados de Camioneros que se acercaron a la Secretaría de Trabajo se llevaron un pedido a cambio de la firma para destrabar el conflicto: el compromiso de cerrar paritarias del 2% en mayo y junio, luego del límite del 12% y el 9% que habían fijado en febrero y marzo.

Pese a todo esto, la lectura en el sector más dialoguista de la CGT es que es "positivo" el restablecimiento del diálogo con el Gobierno. Y la presencia de Posse y Caputo sienten que da mayor peso a lo conversado. Cuestiones como la reforma laboral y el financiamiento de las obras sociales fueron planteados como prioritarios en una hoja de ruta de cuestiones a resolver. Sobre lo primero, al menos, se acordó con el Gobierno que se conformaría una mesa de conversación para que los gremios puedan plantear sus propios "temas ausentes" de la discusión, comentó ayer Daer.

Al no ser incluido en la nueva Ley Bases, la reforma laboral deberá plantearse en el debate en comisiones de Diputados acorde los planes de La Libertad Avanza y sus aliados. Desde la CGT rechazan por completo el proyecto "espejo" que impulsa el PRO. "Es peor que el DNU", califican. En cambio, hasta ayer no emitían opinión sobre la iniciativa radical que, casi en simultáneo, un grupo de legisladores le acercaba a Posse en Rosada.

Entre su articulado, no obstante, destaca una serie de puntos que prometen generar ruido con la central como baja en las multas por no registración y la eliminación y prohibición de las contribuciones y aportes emanados de los convenios colectivos de trabajo, según dejan por escrito los propios autores. El líder de los diputados de la UCR, Rodrigo de Loredo, dejó una clara síntesis en su cuenta de X.

Lo mismo sucede con la restauración de la cuarta categoría de Ganancias, que afecta a las y los trabajadores de mayor ingreso. Para la central, el piso de $ 1,8 millones brutos implica que casi un millón de personas vuelva a tributarlo. En este sentido, las expectativas están puestas, sobre todo, en que el Senado fuerce un cambio en la letra de la nueva Ley Bases y su anexo fiscal. Las y los 33 senadores de Unión por la Patria se comprometieron a eso en su cita del miércoles con la CGT.