Como ocurrió la semana pasada con la inundación en La Plata, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, se puso al frente del operativo de seguridad frente a los intentos de saqueos y robos piraña a comercios junto al ministro Sergio Berni a quien ordenó reforzar el operativo de seguridad en toda la provincia.
El clima de preocupación y sensibilidad -en medio de un proceso electoral- obligó al funcionario y candidato a su reelección a dar información y explicaciones públicas. Incluso tuvo que responder si el Presidente y la Vicepresidenta están ajenos o "desaparecidos".
El mandatario bonaerense lo negó e indicó que él mismo está en contacto con funcionarios del gobierno nacional. Como ocurrió en la noche de las PASO, se convirtió nuevamente en una de las figuras centrales y, hasta que desde Neuquén hizo declaraciones Alberto Fernández, la de mayor peso político en Unión por la Patria al frente del tema.
Los avisos antes de los asaltos
Desde el fin de semana en la Provincia tenían datos sobre posibles saqueos pero hasta el martes no se habían registrado más que algunos episodios aislados. De hecho en la reunión con más de 50 intendentes que Kicillof tuvo el martes en el Salón Dorado se habló más de la campaña electoral que de situaciones de violencia.
El gobernador sólo interrumpió ese encuentro para charlar telefónicamente con Mario Ishii, de José C. Paz, por las noticias que le llegaban desde ese municipio. A esa hora empezaron a replicarse otros ataques, todos en la Primera Sección.
Este miércoles en cambio se instaló temprano en el Comando Operativo de Puente 12, en La Matanza. En una reunión de dos horas se definió un cambio de estrategia en la comunicación de crisis. En la charla estuvieron Kicillof, Berni, el jefe de asesores de la gobernación Carlos Bianco, el subsecretario Javier Alonso que siempre acompaña al ministro de Seguridad bonaerense y el jefe de Policía, Daniel García.
Acordaron reforzar los operativos y salir a hablar con la intención de llevar calma y con el ejemplo de lo que hizo en Mendoza el gobernador de Juntos por el Cambio Rodolfo Suárez que pidió seguir la vida con normalidad.
A esa hora ya Javier Milei y Patricia Bullrich, candidatos opositores a la presidencia, habían copado con declaraciones públicas los medios. Sergio Massa está justo en Washington con una intensa agenda que hoy incluyó el encuentro con Kristalina Georgieva del FMI.
En segundo lugar, explicó un vocero, la idea en gobernación fue que quede claro que "cada acto delictivo de esta clase tiene una carga legal muy alta". Entre otros datos, consideran que no se robaron alimentos sino ropa, bebidas alcohólicas y otros bienes. Y sospechan de la coordinación entre los distintos eventos, además de alertar sobre "denuncias falsas" e "imágenes falsas" en las redes sociales.
En la misma línea se había manifestado el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, cuando marcó diferencias con saqueos del año 1989, en los que "un hombre decía que saqueó porque no tenía para darle de comer a sus hijos". "No me lo olvidé más, pero esto es distinto", aseguró el ministro.
Los delitos a los que tanto Fernández como Berni hicieron referencia son los de robo e instigación. Hasta los opositores de Republicanos Unidos denunciaron ante la Justicia al piquetero Raúl Castells que se atribuyó parte de la estimulación de robos a comercios.
Ambos ministros, y el gobernador, indicaron que también está trabajando el área de ciberdelitos para aportar a la Justicia elementos que permitan determinar si hubo instigación a través de mensajes en redes sociales o vía whatsapp como señalaron muchos de los que bajaron sus persianas, por miedo.
Kicillof se mostró prudente -como antes el ministro Fernández- y tomó distancia de la acusación de la portavoz Gabriela Cerruti contra el candidato libertario a Presidente, Javier Milei. Respondió que él no tiene datos y que investiga la Justicia.
La denuncia de Kicillof
Lo que subrayó el gobernador fue que "hubo una campaña y preparación de los hechos. Hubo falsas denuncias que circularon por redes, de cosas que no estaban ocurriendo". Sí apuntó que hubo "dirigentes políticos tuiteando denuncias falsas, pero aún no tengo ninguna denuncia. Si hay alguien que piensa que se está beneficiando nosotros queremos generar tranquilidad".
"Se restableció la paz y los detenidos están a disposición de la Justicia", concluyó el gobernador Kicillof quien informó que tras conversar telefónicamente con varios de los intendentes -Julio Zamora de Tigre, Ishii de José C. Paz y Ariel Sujarchuk de Escobar- se reuniría con algunos de ellos. A la primera que visitó fue a Mariel Fernández, de Moreno.
Por su parte Berni se quedó en Puente 12 donde se reunió con jueces federales y provinciales y con fiscales para evaluar la situación y coordinar medidas, entre ellas el operativo montado con 5100 efectivos de la policía Bonaerense. Pidió aplicar "todo el peso de la ley" a los responsables.
"Tuvimos una hora pico en la que, de manera conjunta, hubo más de 150 intentos de saqueo interceptados con la policía", explicó el ministro Berni que señaló a "grupos muy organizados, con la presencia de muchos menores". "El pueblo, en general, no acompañó", destacó.
Desde La Plata también se sumaron el ministro de Justicia Julio Alak y el ministro de la Producción, Augusto Costa, en comunicación con dueños de supermercados y comercios.