

“La pesadilla en Argentina continúa” y el país “necesita echar a Cleary Gottlieb”, el estudio de abogados que representa al Estado en el litigio con los holdouts, para arreglar el default. Así opina el director del fondo de inversión Greylock Capital, Hans Humes.
En una columna en el diario británico The Guardian, Humes, quien además participó en el Comité Global de los bonistas de Argentina durante el canje de deuda de 2005, y con experiencia en otras 20 reestructuraciones de deuda soberana afirmó que “nunca encontró” en su extensa carrera “representantes de un país tan hipócritas, arrogante o que demonizan a los representantes en el otro lado de la mesa” como los de Argentina.
Bajo el título “¿A quién culpar por el desastroso default en Argentina? a sus abogados, por supuesto” (“Who to blame for Argentina’s disastrous default? Its lawyers, of course”), Humes explicó que en 2005, “Argentina presentó una oferta unilateral que sólo el 76% de los acreedores aceptó (sólo el 63% de los inversores internacionales aceptaron), a pesar de nuestros intentos de sugerir una modificación de su oferta que habría sido menos costosa para el país en el largo plazo y habría obtenido más del 90% de aceptación de los tenedores de bonos”. “Esto fue sólo el comienzo de decisiones autodestructivas que tomó Argentina”, opina.
Más tarde, el estudio Cleary Gottlieb aconsejó a la Argentina “entrar intencionalmente en un default para forzar la renegociación de deuda y alejar el caso de los jueces estadounidenses”.
Para Humes, este es un “mal consejo que Argentina continúa siguiendo". “Si Argentina traslada toda su deuda fuera de los Estados Unidos para evitar la jurisdicción de los tribunales, sólo profundizará la condición de “paria” del país. El gobierno de Cristina Kirchner se arriesga a dejar grandes problemas estructurales para la administración posterior, no sólo en la economía, sino en la relación jurídica y financiera con el mundo, y que llevará años reparar”.
“Por eso”, sostiene, “el gobierno de Kirchner puede optar por desviarse de este camino, reparar su relación con Washington y la comunidad financiera internacional. Esta salida puede ser bastante fácil: Argentina tiene que echar a Cleary Gottlieb”.
“Culpar a los abogados es una estrategia eficaz que ya fue probada. Y en este caso, le da a Argentina una manera muy fácil de cambiar de rumbo”. “Ecuador echó a Cleary Gottlieb antes de su recompra de deuda de 2009. Desde entonces, han retirado casi toda su deuda y vuelto a los mercados internacionales”, recordó Humes.
“Echar a Cleary proporcionaría una forma legítima de pedir al Juez Thomas Griesa un ‘stay’. Y sospecho que también podría despejar algo de la atmósfera tóxica en el diálogo con los holdouts. Argentina sin duda podría beneficiarse del asesoramiento legal que no esté contaminado tras 10 años de estar envuelto en esta lucha y buscar soluciones constructivas en lugar de años de la continua batalla”, concluyó.













