Antes de sufrir el efecto de la devaluación desordenada y la sequía, el PBI creció 3,5% interanual en el primer trimestre y 1,1% contra el último trimestre de 2017. Una foto que muestra cómo crecía la inversión y las exportaciones, aunque por debajo de las importaciones, y que la construcción todavía gozaba del avance de la obra pública, como venía sucediendo desde 2017.

Tras la corrida cambiaria que aún no fue estabilizada, la dinámica es otra: ahora se prevé que el segundo y tercer trimestre caigan en términos desestacionalizados y que recién en el cuarto se estabilice, en la medida que se alivie la tensión del tipo de cambio.

Esta incertidumbre que comenzó a fines de abril dejará el año con un crecimiento menor al 1%, según prevén los privados. Hacienda espera que el PBI crezca entre 0,4 y 1,4%.

La economía creció en el primer trimestre impulsada por la inversión (18,3% interanual y 3,3% trimestral), por las exportaciones (6,4% anual y 5,8% desestacionalizado), aunque por debajo de importaciones que aún seguían creciendo a ritmos altos (16,5% interanual). En tanto, el consumo privado creció por encima del PBI (4,1% interanual y 2,3% trimestral), mientras el público cayó 1,4% interanual y no creció en el trimestre.

Por el lado de la oferta, la construcción crecía por quinto trimestre consecutivo (+9,7% interanual) y la industria manufacturera, por cuarto consecutivo (3,5%). También, la pesca y comercio (+6,2%), intermediación financiera (5,4%), actividades inmobiliarias (+3,7%).

El sector agropecuario ya evidenciaba la sequía que sentirá de lleno en el segundo trimestre, al crecer 0,2% interanual.

Hacienda señaló en un comunicado que, al primer trimestre, "la economía acumuló 7 trimestres consecutivos creciendo, algo que no se observaba desde 2011". Y resaltó que haya sido la inversión la que el componente de la demanda agregada que lideró el crecimiento: "De esta forma, la inversión creció por tercer trimestre consecutivo a un ritmo de dos dígitos".

Así fue que antes de la corrida cambiaria, la actividad acumulaba un crecimiento del 6,3% contra el mínimo alcanzado en el segundo trimestre de 2016 y se sobrepasó en 2,7% el máximo ocurrido en el segundo trimestre de 2015, según un informe de la consultora LCG.

Pero desde ese nivel se espera una contracción en el segundo trimestre, que persista en el tercero. Y que el crecimiento del año se explique por el del primer trimestre.

"Nuestro escenario base contempla un menor nivel de actividad económica como consecuencia de la consolidación fiscal y del apretón monetario necesario para reducir la inflación en línea con lo acordado con el FMI", dijo LCG, que proyecta un crecimiento de 0,6% para 2018.

Se debe a una contracción del 1,3% trimestral en el segundo trimestre y del 1,7% en el tercero, que espera que se modere en el cuarto trimestre del año (baja de 0,2%). "Implica una caída acumulada de 3% entre el segundo trimestre y cuarto trimestre de 2018. De ocurrir, la economía retomaría los niveles del segundo trimestre de 2015", indicó LCG.

La consultora Ecolatina prevé para el segundo trimestre una caída del 1% desestacionalizado y un crecimiento nulo y que en el tercero haya otra caída en términos desestacionalizados y una variación interanual rondando el 0%.

"Para el cuarto trimestre, no queda claro todavía, hasta que no se estabilice el mercado cambiario. Puede ser más estable", dijo Lorenzo Sigaut, economista Jefe de la consultora, que prevé para el año un crecimiento de 0,8%. "Porque hasta hace poco el dólar se había contenido en

$ 25 y ahora el tipo de cambio está en $ 28, más la aceleración de la inflación, la situación es compleja", dijo.