

En una licitación que significó postergar vencimientos por $ 310.847 millones, el Ministerio de Economía llevó a cabo hoy un megacanje de deuda en pesos de 13 instrumentos entre letras y el Botapo.
Los casi u$s 5000 millones que se hizo el Estado en la operación implica, prácticamente, tener recursos para afrontar la parte que recae en las arcas públicas del paquete financiero que anunció el Gobierno el martes pasado, sostuvieron en el Palacio de Hacienda.
Con esa emisión, que logra postergar vencimientos con cuatro nuevos bonos (con fechas de caducidad entre 2021 y 2024), la operación de hoy se constituyó en la más significativa desde el punto de vista del monto involucrado para la nueva gestión que sumió el 10 de diciembre pasado.
Los $ 310.847 millones se contrastan con los vencimientos que sumaban esos 13 instrumentos: de acuerdo a cálculos privados, eran de unos $ 500.000 millones.
De esta manera, se logró canjear un 62% de ese total.
Según pudo averiguar El Cronista de fuentes oficiales, en sólo un 10% del total de la operación intervino el sector público, principalmente Banco Nación y la ANSeS. Del restante 90% se dio participaciones similares en los tenedores locales y extranjeros.
En medio de la suba del riesgo país, que se ubicó 4115 puntos básicos, con caídas de títulos en general, y de un mercado que se mostró a la defensiva, el Gobierno vio que los bonos en pesos mostraron cierta resistencia en los últimos días y se animó a lanzar esta megaoperación.
Ya ayer el ministro de Economía, Martín Guzmán, había dicho a la agencia Reuters que esperaban colocar unos $ 200.000 millones en la licitación de hoy.
Los bonos que recibieron quienes entregaron sus letras o el Botapo son uno de los cuatro Boncer, a agosto de 2021, marzo de 2022, marzo de 2023 y marzo de 2024.
De acuerdo a la elección que tuvieron los tenedores, el 40% optó por el Boncer a 16 meses, mientras que el 60% restante se repartió en partes iguales por el que vence en 2022, el del 2023, y el del 2024.
“Es totalmente voluntario , aseguraron en el Ministerio sobre la operación que se llevó a cabo. Y resaltaron que con las últimas licitaciones, pero principalmente con la de hoy, implicó descomprimir vencimientos que eran muy elevados en la última semana de marzo y primera de abril.
Según señalaron, cuando asumieron el 10 de diciembre recibieron vencimientos de pesos por $ 2,9 billones, de los cuales un $ 1,4 billones era con acreedores privados y el resto con el sector público.
Guido Lorenzo, de LCG, sostuvo que el canje va en línea con lo esperado “pero dado que la participación estaba concentrada en grandes tenedores extranjeros demuestra que será difícil la reestructuración de la deuda en dólares .
No obstante, marcó que los tenedores “aceptaron un haircut (quita) importante, quizás una propuesta menos agresiva hubiese arrastrado a algún otro gran jugador mostrando un éxito. Con un haircut del 30%-40% parece que la adhesión es baja .
Coincidió en algún aspecto Juan Ignacio Paolicchi, de EcoGo, cuando marcó que “hubo un recorte cierto sobre el precio de valor técnicos, del 30% en el TJ20. En el resto también había pero lo tienen fondos institucionales: la necesidad de pesos hace que se pueda conversar .
Pero identificó que, por otro lado, significaba una ganancia a los precios de hoy, de entre el 7% y el 10%. “La amenaza del reperfilamiento podía generar dos cosas: que no fuera nunca más nadie o que se asusten y vayan a la licitación , diferenció. Al parecer, optaron más por la segunda opción.
“Con 10% del sector público, canjear el 60% en un contexto en el que se va a tener que emitir para hacer frente al paquete que se anunció, es una buena noticia, habrá que ver los pormenores. Y se requería de eso, se necesita pragmatismos y necesidad de despejar los vencimientos , concluyó.












