

El presidente Mauricio Macri inauguró hoy el 137° período de sesiones ordinarias del Congreso de cara al año electoral en el que buscará renovar su mandato, en un discurso de casi una hora y en medio de una fuerte tensión con la oposición, donde no faltaron los gritos y los insultos que crisparon el clima de la Asamblea legislativa.
Los analistas políticos consultados por El Cronista coincidieron en destacar el “tono electoral de su último mensaje ante la Asamblea Legislativa, donde Macri se centró en poner eje en temas sociales como la pobreza, criticar la herencia recibida y realizar una tibia autocrítica al reconocer las serias dificultades económicas que atraviesa su gestión.
El politólogo Andrés Malamud, que siguió con atención el discurso del Presidente desde Lisboa, apeló a la ironía a la hora de analizar el discurso presidencial: “Espero que el Gobierno esté derrotando al narcotráfico porque bajar la pobreza y unir a los argentinos quedará para otro mandato , dijo en obvia alusión a las dos principales promesas de Macri al llegar al poder y que a punto de finalizar el mandato ya está claro que seguirán lejos lejos de ser cumplidas.
“Fue un discurso dirigido a alimentar la grieta, que es la condición de supervivencia de Cambiemos. Buscó irritar a los contrarios para galvanizar a los propios, y lo logró , puntualizó.
Para su colega Luis Tonelli, fue un mensaje “para el votante típico de Cambiemos, en un momento muy difícil para el Gobierno,en el que debe encarar una campaña presidencial en el medio de desencanto y la mufa generalizada .
“Lo que tendría que haber sido un discurso de balance feliz, para desde él inaugurar la campaña por la reelección presidencial, fue un discurso tipo Moisés: ‘Estamos cruzando el desierto, pero este camino nos lleva a la tierra prometida’", evaluó.
Y agregó: "El problema es que en el desierto solo hay arena, y Macri se esforzó en brindar un discurso inusualmente largo para lo que dicta la Nueva Política, en la necesidad de hablar detalladamente de lo que el Gobierno ha hecho. Aunque, claro, todos estos logros son puestos entre los paréntesis de la alta inflación, la actividad económica y la sensación de fragilidad económica , opinó.
Por tal motivo, continuó Tonelli, “el discurso presidencial giró en torno a una idea diferente de la del crecimiento o el desarrollo inexistente. El eje del discurso fue la idea de normalización. Que sería como un ‘esto es lo que hay. Les estoy mostrando la Argentina que realmente somos. Y estoy gobernando la Argentina que realmente es’".
O, dicho de otro modo, emparentó "discursivamente el ajuste, los cuadernos, el nuevo Indec, con la cuestión ética central que es decir la 'verdad', marcando la dicotomía: ‘nos hicieron vivir en la mentira, estamos pagando los costos, pero ahora sentamos las bases de la estabilidad, porque lo hacemos sobre la verdad’ .
Según Tonelli, ese argumento, si bien puede ser válido, tiene también sus riesgos, puesto que la mentada normalización, puede quedar fuera de foco ante una posible “vuelta de la inestabilidad cambiaria, que es la preocupación esencial del Gobierno .
Para el politólogo Julio Burdman, más que un discurso de apertura de las sesiones legislativas, se trató de un “lanzamiento de campaña .
El analista también destacó el novedoso tono “combativo que adquirió el mensaje presidencial, algo que hasta ahora no era habitual en Macri, en general, de modos más bien medidos a la hora de hablar en público.
“Hay un lanzamiento de campaña y un nuevo estilo efusivo de discurso. Macri defendió su gestión sobre cuatro ejes: política exterior, aspectos institucionales, seguridad y obras públicas. La economía estuvo en un segundo plano. Y el tono recordó al célebre “estamos mal pero vamos bien , de Carlos Menem en los 90, sostuvo Burdman.
El politólogo evaluó también que aunque Macri no asumió como propia la cuota de errores de gestión que llevaron a la crisis en 2018, sí “se hizo cargo de sus efectos sociales . Cuando reconoció, por ejemplo, que “la pobreza volvió a los niveles de antes por los factores que dije antes -salida de capitales de los emergentes, la sequía, y el caso de los cuadernos- .
Marcos Novaro, por su parte, sostuvo que el mensaje presidencial “presentó a Macri dando batalla. “Buscó la ofensiva en lugar de dar explicaciones o hacerse cargo de las críticas. La estrategia es buscar la ofensiva y esta idea que el Gobierno ya viene ensayando de que la crisis es una oportunidad porque nos llevó a enfrentar los problemas estructurales que no se resolvían con el gradualismo .
“Como argumento está bien, en vez de discutir la crisis optó por discutir lo que se viene, como estratergia está bien, veremos si funciona. No me parece que por ahora (el discurso) vaya a tener mucho impacto en sí mismo , agregó.
Asimismo, Novaro sostuvo que los insultos y los gritos que desde algunas bancas opositoras se lanzaron contra el Presidente durante buena parte de su alocución, terminaron por hacerle “el juego al Gobierno .
Para el sociólogo, sin embargo, los opositores también tuvieron su pequeño momento de gloria. “Fue cuando varios legisladores se pararon y aplaudieron irónicamente a Macri luego de que dijera haber creado 700.000 puestos de trabajo durante la primera parte de su gestión. Fue el mejor momento de la oposición , evaluó.













