Militante de la juventud peronista y estudiante de Historia, Laura Estela Carlotto estaba embarazada de tres meses de su hijo Guido cuando fue secuestrada a los 23 años en noviembre de 1977. La mamá Estela no sabía de su embarazo. Algunos perfiles y testimonios indican que las dudas para contar la noticia se relacionaban con las creencias católicas de la familia, otros con las dificultades de comunicación por la clandestinidad de Laura.

Guido nació el 26 junio de 1978 en el Hospital Militar y fue encontrado hoy. Luego del parto, Laura fue devuelta al centro clandestino "La Cacha", sin su bebé. El 25 de agosto de ese año ella fue asesinada y sus restos fueron devueltos a sus padres.

La búsqueda de su hija y su nieto fueron transformando a Estela a medida que iba golpeando puertas oficiales del régimen, pero también las altas esferas de la Iglesia en la que tanto había confiado.

Laura había vivido los avatares de la militancia de los 70 en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y tras el Golpe asumió una situación de clandestinidad en su ciudad de La Plata; su madre transcurría por entonces en una vida familiar y conservadora, y sólo volvieron a encontrarse dos veces antes de la desaparición de la joven.

Hasta la fecha, con la recuperacion de Guido, las Abuelas han identificado a 114 hijos de desaparecidos.

Estela contó que “Laura en el cautiverio dijo: Mi mamá no les va a perdonar a los milicos lo que me están haciendo. Y los va a perseguir mientras tenga vida. Lo cual significaba que me conocía más que yo misma porque yo no era mujer heroica. Nunca había participado en nada. Era una mujer con un origen de clase media baja, criada en épocas dulces”.

El 26 de junio de 2011, Estela dio a conocer una carta para su nieto: “Hoy cumples 33 años. La edad de Cristo como decían, “decimos”, las viejas. Con esta inspiración pienso en los Herodes que “te mataron” en el momento de nacer al borrar tu nombre, tu historia, tus padres”.

“Laura (María), tu madre, estará llorando en este día tu crucifixión y desde una estrella esperará tu resurrección a la verdadera vida, con tu real identidad, recuperando tu libertad, rompiendo las rejas que te oprimen”.

“Querido nieto, qué no daría para que te materialices en las mismas calles en las que te busco desde siempre. Qué no daría por darte este amor que me ahoga por tantos años de guardártelo. Espero ese día con la certeza de mis convicciones sabiendo que además de mi felicidad por el encuentro tus padres, Laura y Chiquito y tu abuelo Guido desde el cielo, nos apretarán en el abrazo que no nos separará jamás. Tu abuela, Estela”, finaliza la conmovedora misiva.