Mientras el Gobierno avanza con su agenda legislativa, el Senado comenzó a tratar este mediodía el Presupuesto Nacional 2026, que se convirtió en una pieza central del debate político y fiscal. Se trata del primer presupuesto elaborado y enviado por la administración de Javier Milei que efectivamente avanza en el Congreso, luego de un inicio de gestión marcado por decisiones excepcionales en materia presupuestaria.
En 2023, tras asumir en diciembre, el Ejecutivo optó por no enviar un proyecto de Presupuesto y prorrogó el vigente. En 2024, ya con un proyecto elaborado para el ejercicio 2025, el Gobierno lo presentó ante el Congreso pero luego decidió retirarlo de su tratamiento ante la falta de consensos. El texto que ahora se discute para 2026 marca, así, un cambio de estrategia: tras la victoria electoral de octubre, Milei buscó someter al debate parlamentario la hoja de ruta fiscal-económica del Gobierno.
El proyecto llega al Senado con media sanción de la Cámara de Diputados, luego de una sesión extensa y atravesada por negociaciones de último momento. Si bien el oficialismo logró aprobar el texto en general, no consiguió avanzar con uno de los capítulos más sensibles del articulado, lo que abrió interrogantes políticos y obligó al Ejecutivo a recalcular su estrategia.
En ese contexto, el tratamiento en la Cámara alta aparece como una instancia clave para definir si el Presupuesto 2026 se convierte en ley sin cambios, si sufre modificaciones o si vuelve a Diputados para una nueva ronda de discusión.

1) ¿Qué es el Presupuesto Nacional y por qué es una ley clave?
El Presupuesto Nacional es la norma que establece cuánto y en qué gastará el Estado nacional y cómo se financiarán esos gastos durante un ejercicio fiscal. Allí se fijan los montos destinados a jubilaciones, salarios públicos, educación, salud, seguridad, subsidios, obra pública y transferencias a provincias, entre otros rubros.
En el debate público suele definirse como la “ley de leyes”, aunque esa denominación no es técnicamente correcta: la Constitución Nacional es la ley suprema, y el presupuesto es la ley anual de gastos y recursos que el artículo 75 de la Carta Magna encomienda aprobar al Congreso.
Su relevancia radica en que condiciona la ejecución de políticas públicas y fija los límites de acción del Poder Ejecutivo durante todo el año.
2) ¿Cuáles son los principales números del Presupuesto 2026?
El proyecto aprobado en general por Diputados se construye sobre supuestos macroeconómicos ambiciosos. Prevé un crecimiento del PBI del 5%, una inflación anual de 10,1% y un tipo de cambio oficial de $1.423 para diciembre de 2026.
En materia fiscal, el Gobierno apunta a consolidar el equilibrio logrado en 2024 y 2025. El texto contempla un superávit primario del 1,2% del PBI y un superávit financiero cercano al 0,2%, incluso después del pago de intereses de deuda. Para lograrlo, proyecta un aumento real de la recaudación, impulsado principalmente por Ganancias, IVA y derechos de importación.

Del lado del gasto, el presupuesto prevé incrementos nominales en áreas sensibles como educación, salud y prestaciones sociales, aunque con una composición que genera debate: mientras algunas partidas crecen por encima de la inflación proyectada, otras —como el bono previsional— permanecen congeladas, lo que implica una caída real para determinados beneficiarios.
3) ¿Qué pasó en Diputados y por qué fue una sesión compleja?
La Cámara de Diputados aprobó el proyecto en general, pero el oficialismo no logró avanzar con el Capítulo 11, que proponía derogar leyes aprobadas por el Congreso en 2025, vetadas luego por el presidente Milei y ratificadas mediante insistencia parlamentaria. Se trataba, entre otras normas, de las vinculadas al financiamiento universitario y a la emergencia en discapacidad.
Esto se dio en un contexto en el que además Milei enfrentó un revés judicial reciente vinculado a la ejecución presupuestaria de esas leyes. En las horas posteriores a la votación, incluso circuló la versión de que el Presidente evaluaba vetar el Presupuesto completo.
Sin embargo, el propio Milei buscó desactivar esas versiones. “No voy a vetar el Presupuesto. Lo que vamos a hacer es reordenar partidas para que se cumpla el equilibrio fiscal”, afirmó el Presidente en declaraciones públicas, descartando un veto total y anticipando eventuales reasignaciones dentro del marco legal.
4) ¿Qué dijo el Gobierno sobre el Presupuesto 2026?
Desde el Ejecutivo defendieron el proyecto como una señal de previsibilidad y disciplina fiscal. Milei sostuvo que el presupuesto refleja “un cambio de régimen” y que el objetivo es terminar con el déficit estructural del Estado. “El equilibrio fiscal no se negocia”, reiteró en varias oportunidades.
Funcionarios del Ministerio de Economía destacaron además que el proyecto prioriza educación, salud y capital humano, y que la consolidación del superávit permitirá reducir la carga impositiva en el mediano plazo.
El jefe de Gabinete, por su parte, subrayó que el presupuesto “ordena las cuentas públicas y da certidumbre a provincias, empresas y ciudadanos”.
5) ¿Qué escenario se abre ahora en el Senado?
A diferencia de lo ocurrido en Diputados, el oficialismo logró dictamen sin mayores sobresaltos en el Senado, tras una ronda de exposiciones de funcionarios del Ejecutivo ante las comisiones. Eso habilitó el inicio formal del debate en el recinto.
La Cámara alta, sin embargo, mantiene un equilibrio político distinto, con mayor peso de bloques opositores y representantes provinciales. Allí pueden surgir pedidos de cambios en partidas específicas o en el articulado, lo que obligaría a una nueva negociación política.
6) ¿Qué pasa si el Senado introduce cambios o aprueba el texto?
El procedimiento está definido por la Constitución Nacional. Si el Senado aprueba el proyecto sin modificaciones, el Presupuesto queda sancionado y pasa al Poder Ejecutivo, que puede promulgarlo o vetarlo total o parcialmente, conforme al artículo 83 de la Constitución.
“No voy a vetar el Presupuesto. Lo que vamos a hacer es reordenar partidas para que se cumpla el equilibrio fiscal”,
Si, en cambio, el Senado introduce cambios, el proyecto debe volver a la Cámara de Diputados, que deberá aceptar o rechazar las modificaciones. Solo cuando ambas cámaras aprueban el mismo texto, la ley queda sancionada.
7) ¿Cuáles son las principales críticas de la oposición?
Desde los bloques opositores cuestionaron tanto los supuestos macroeconómicos como la composición del gasto. Legisladores del peronismo advirtieron que “el presupuesto parte de proyecciones irreales de inflación y crecimiento” y que “ajusta sobre jubilados y sectores vulnerables”.
Otros bloques señalaron que el texto “consolida un Estado más chico, pero no necesariamente más eficiente” y alertaron sobre el impacto del congelamiento de algunas prestaciones sociales en términos reales.
8) ¿Por qué este presupuesto es políticamente relevante?
El Presupuesto 2026 no solo define ingresos y gastos: es una prueba política clave para el Gobierno de Milei. Marca su capacidad de construir mayorías legislativas, ordenar prioridades y sostener el equilibrio fiscal en un contexto de tensiones sociales y parlamentarias.
El resultado del debate en el Senado anticipará, además, cómo será el clima legislativo para otras reformas que el Ejecutivo impulsa, como la laboral y la tributaria.
Además, podría saberse si el PRO, principal fuerza aliada del gobierno durante los primeros dos años, busca marcar la cancha luego de la inesperada designación de auditores de la AGN por un acuerdo entre libertarios y kirchneristas en Diputados.
En ese sentido, el presupuesto funciona como algo más que una ley anual: es el primer gran test político-fiscal de la gestión ante el Congreso.
















