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Los jefes comunales peronistas de la provincia de Buenos Aires quedaron en el ojo de la tormenta luego de la derrota del fin de semana, al ser acusados, básicamente de no hacer campaña y no utilizar todos los recursos que tienen a disposición para torcer el rumbo de la elección de octubre.

Como actores privilegiados del escenario provincial, los intendentes habían sido quienes le habían insistido al gobernador Axel Kicillof para que desdoblara las elecciones. Esa movida, concretada por el sucesor de Dardo Rocha, costó encontronazos con La Cámpora y la advertencia de una posible derrota por parte de Cristina Kirchner.

En septiembre muchos de ellos consiguieron números astronómicos, blindaron sus Concejos Deliberantes y la Legislatura pintando la provincia de celeste, contraste notorio con el del último fin de semana, cuando arrasó la ola violeta.

Cuando se conocieron los resultados también se conocieron las recriminaciones. El kirchnerismo (que luego reconoció la multicausalidad de la derrota) en primera instancia cargó contra el desdoblamiento de Kicillof y contra los intendentes "que no pusieron el cuerpo" en la campaña.

El domingo por la noche, la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, subrayó que aquella advertencia de Cristina Fernández se había convertido en realidad. "Tiene razón, no importa cuando leas esto". En La Cámpora destacan que Quilmes es uno de los pocos distritos en los que se consiguieron más votos que en septiembre.

Casi al mismo tiempo, también en el conurbano sur, el intendente de Ezeiza, Gastón Granadosencabezaba un acto en el que señaló que "los dirigentes nacionales tienen que entender que los intendentes son los que tienen los votos". En ese distrito, la boleta de Fuerza Patria perdió 16 puntos entre las elecciones.

El reclamo de Granados viene señalar la disconformidad por la conformación de la lista de diputados nacionales, que tuvo representaciones políticas y sindicales, pero careció de nombres asociados a los jefes comunales.

Así, la duda está plantada entre dos hipótesis: los intendentes no se movieron para hacer sentir su peso en la derrota o se perdieron intendencias porque no había representación de los intendentes en las boletas.

En el kicillofismo defienden a los Ejecutivos municipales y señalan que la lista no fue tan atractiva como en septiembre cuando, por ejemplo, las listas estaban encabezadas por nombres asociados al territorio, como Verónica Magario o Gabriel Katopodis.

Lucas Ghi, hombre fuerte de Morón, uno de los distritos que no sólo varió negativamente el porcentaje de votos, sino que además, cambió victoria en septiembre por derrota en octubre hoy dijo que "los intendentes jugaron a pleno, eso no resiste mayor análisis, nadie que tiene que responder a los militantes le saca el cuerpo o va a media máquina".

Uno por uno

Si se toman los municipios del Gran Buenos Aires que están bajo la conducción del peronismo, se pueden sacar algunas conclusiones.

En promedio, las listas a diputados nacionales obtuvieron un 7,3 % menos de votos que las de legisladores provinciales (7S), con un desvío estándar de 4,8 puntos.

Esto sugiere que, aunque la tendencia fue generalizada, el comportamiento territorial fue muy heterogéneo: en algunos distritos la caída fue leve (Merlo, José C. Paz, Berisso), mientras que en otros superó los 15 puntos (Pilar, Malvinas Argentinas, San Vicente).

A quien responde cada uno

Los números, tomados en porcentaje, son demoledores. Salvo un distrito, todos tuvieron resultados negativos.

La única excepción es la de Presidente Perón, un distrito pequeño al sur de la tercera sección electoral que conduce la massista Blanca Cantero.

Con menos de dos puntos, pero en rojo, aparecen Merlo, conducido por el cristinista Gustavo Menéndez; José C. Paz, el distrito conducido por el histórico Mario Ishii; y Berisso, que se encuentra bajo la intendencia de Fabián Cagliardi que está integrado al kicillofismo.

El grupo de los 2 puntos negativos de diferencia tiene a dos camporistas entre sus filas: Damián Selci, de Hurlingham y Mayra Mendoza, de Quilmes. A ellos se suman el kicillofista Ricardo Curutchet, de Marcos Paz y Mauro García, de General Rodríguez.

El grupo intermedio que reúne a los que tuvieron diferenciales entre -4 y -7 es muy variado. Allí hay camporistas como Julián Álvarez o kicillofistas como Julio Alak y Fernando Espinoza.

En la parta más baja de la tabla están, además del ya mencionado Gastó Granados, Pilar conducida por Federico Achával, y Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini.