El Gobierno continúa con reuniones para afinar la estrategia de cara al día después de Navidad, para cuando esperan que el Congreso sancione al Presupuesto 2026. El punto estará en definir cómo abordar el capítulo XI que quedó afuera de la aprobación de Diputados, ya que en el Senado se muestran reticentes a incluir cambios en el recinto.

Luego de que la comisión de Presupuesto y Hacienda firmara el dictamen del proyecto tal cual lo recibieron de la Cámara baja el viernes pasado, el oficialismo convocó a la sesión para este viernes 26 a las 12. Se trata del primer día habilitado desde los siete de espera que dispone el reglamento para llevar un dictamen al recinto. El Gobierno tiene tiempo hasta entonces para asegurarse de que no hayan más traspiés que obstaculicen su tratamiento.

Aunque el despacho de comisión no contempló modificaciones, la idea de los libertarios era negociar incorporaciones para el día de la sesión. Sin embargo, después de una reunión por zoom que convocó la senadora Patricia Bullrich con los aliados este domingo, la sugerencia fue vetada por los parlamentarios.

Este lunes al mediodía se reunió nuevamente la Mesa Política Nacional en Balcarce 50 para determinar, entonces, cómo seguir con las negociaciones. Del último encuentro, que fue el jueves pasado, definieron que la reforma laboral y la ley de Glaciares finalmente se trate en febrero para concentrar sus esfuerzos en la ley de recursos.

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De la mesa participaron, además de Patricia Bullrich, el ministro del Interior, Diego Santilli, el titular de la Cámara baja y vicepresidente del partido, Martín Menem, y el jefe de Gabinete, Manuel Adorni. También estuvo su mano derecha en las negociaciones, el secretario de Asuntos Estratégicos Ignacio Devitt, y el asesor presidencial Santiago Caputo.

También se lo vio al senador de Santa Cruz, José María Carambia, saliendo del ala de Presidencia para reunirse con el asesor todoterreno. Se trata de uno de los operadores indomables de la Cámara alta que, si bien no tienen el mismo poder de fuego que antes del recambio, intentará discutir sus objeciones para que haya modificaciones. Su paso por Rosada fue novedoso, ya que nunca antes lo había hecho.

Según deslizan fuentes tanto del Ejecutivo como del Senado, hay 38 votos asegurados para aprobar el Presupuesto en esa cámara, con la posibilidad de que lleguen a 44, lo que sumaría a todos menos el peronismo. Desde el oficialismo apuestan a que alguien en el recinto proponga las modificaciones, pero a priori no van a insistir desde el Gobierno para que se hagan.

Si bien el principal interés del Gobierno era derogar las leyes de emergencia en Discapacidad y Financiamiento Universitario -el famoso artículo 75 que hizo caer todo el capítulo XI-, ya la semana pasada miembros del oficialismo anticiparon a El Cronista que el nuevo abordaje sobre esos temas implicará cambiar a las leyes vigentes en vez de derogarlas.

Según precisaron desde el Gobierno a este medio, pese a los intentos de enmarcarlo dentro del marco del Presupuesto en el Senado, finalmente será una iniciativa que correrá por una ley aparte. De todos modos, hay más de una temática que finalmente quedaría afuera, de no incluir cambios.

Pero el capítulo no se reducía solamente al 75. Si el Senado no reincorpora los demás artículos que quedaron afuera -es, decir, si lo aprueba sin cambios-, no se aprobaría una actualización trimestral de los aranceles para Discapacidad. El artículo lo ponía a cargo del Ministerio de Salud y la ANDIS, pero agrega que se actualizarán automáticamente por inflación de no establecerlo.

Tampoco la limitación del Régimen de Zonas Frías para eliminar subsidios al Gas Natural a las provincias que no cuentan con altas temperaturas -como Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires-, algo de especial interés de las provincias patagónicas; o la promesa de cumplir con el fallo de la Corte Suprema sobre la deuda de coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires, una condición que había puesto el PRO como condición para apoyar el texto; el nuevas reglas para compensaciones y deudas del sistema eléctrico, y reasignaciones con afectación en minería.

En la Casa Rosada insisten con que la baja del XI no va a cambiar la meta de superávit fiscal, aunque todos estos aspectos que quedarían afuera implican cambios significativos en las cuentas públicas, en especial la eliminación de los subsidios al gas. El propio presidente Javier Milei dijo, en una entrevista anoche con LN+, que “acomodará” las partidas para que no se altere el equilibrio: no tendría que hacerlo si eso lo redefinen directamente en el recinto.

Fuente: BloombergTomas Cuesta

Las fuentes del Senado ratificaron ante este medio que efectivamente, a priori, todos estos temas quedarían afuera del Presupuesto, aunque vaya en detrimento también de los intereses de los gobernadores.

La ilusión del Gobierno era que estas modificaciones se reescriban y la Cámara baja apruebe los cambios en una sesión antes del 30 de diciembre, pero por ahora no hay acuerdo. Todo se pondrá en evidencia el mismo viernes: un senador puede levantar la mano y cambiarlo todo.