

No fue en la fecha exacta, pero el encargado de Negocios de la embajada, Thomas Cooney –a cargo de la sede diplomática hasta que Donald Trump designe a un embajador-, le encontró una justificación: el festejo los hacemos en medio del aniversario de las independencias, la de Estados Unidos y la Argentina (el 4 y el 9 de Julio respectivamente), aclaró.
Fue el primer festejo en la sede porteña en la era Trump, y según sus organizadores la celebración más importante en cantidad de público de las realizadas hasta el momento en el icónico Palacio Bosch, sobre la avenida Libertador, sede de la residencia del embajador estadounidense en la Argentina. Unas mil personas presenciaron el festejo del 4 de Julio.
Con poca asistencia de funcionarios del gobierno de Mauricio Macri a causa de la gira presidencial a Europa por la estratégica cumbre del G-20, Cooney destacó la relación bilateral “positiva y la inminente visita a Buenos Aires del vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, prevista para mediados de agosto, tema que concentró la mayoría de las conversaciones de pasillo entre los diplomáticos y analistas.

Thomas Cooney, encargado de Negocios de la embajada
Entre los asistentes se pudo ver al ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, al intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, a la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, y al ministro de seguridad provincial, Cristian Ritondo. También funcionarios de varios ministerios, miembros de las Fuerzas Armadas, y figuras del Poder Judicial como el ex juez de la Corte Suprema de Justicia Eugenio Zaffaroni, el constitucionalista Daniel Sabsay, el vicepresidente de la Cámara Nacional Electoral, Alberto Dalla Vía, el juez Claudio Bonadio y el ex director Nacional Electoral Alejandro Tullio.

Martín Insaurralde, Gustavo Posse y Cristian Ritondo, en el palacio Bosch.
Como viene ocurriendo en los últimos años, la celebración tuvo un eje cultural: el año pasado fue una dedicatoria a los parque nacionales de EE.UU., esta vez le tocó a la región del Mississippi, con show de blues que fue bien aplaudido.
Thomas Cooney está a cargo interinamente de la sede diplomática hasta que la Casa Blanca designe un nuevo embajador, que ocupe el lugar que tuviera hasta el año pasado Noah Mamet, el enviado demócrata de Barack Obama a la argentina y que tuviera un alto perfil político y social, junto con el 'descongelamiento' de las relaciones bilaterales desde la llegada de Macri al poder en Argentina.
Sin embargo, tanto desde Washington como desde Buenos Aires parece no haber apuro en las designaciones, que están pendientes por partida doble: Macri tampoco cubrió aún el cargo que dejó en Estados Unidos el ahora candidato porteño Martín Lousteau, y que según trascendidos sería para un diplomático de carrera. Mientras, tanto Macri como Trump mantienen su relación política por vía directa.













