Té para uno, agua para el otro. Alrededor de las tres de la tarde del jueves, el recientemente llegado Marc Stanley, embajador de los Estados Unidos en la Argentina, llegó a la casa del expresidente Mauricio Macri para tener un primer encuentro cara a cara, de carácter protocolar, indicaron fuentes diplomáticas. Aunque dejó tela para cortar.

Coincidiendo -fortuitamente, aseguran- con el día en que el Gobierno de Alberto Fernández cerró el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el extranjero tuvo todo un gesto en visitar al exmandatario en su domicilio, y dejar de lado el Palacio Bosch, la residencia oficial y lugar habitual de las audiencias.

En el living de la casa con jardín que Macri ocupa junto con su familia en Acassuso, la charla entre ambos se prolongó alrededor de 40 minutos, siempre en inglés, seguida atentamente por Fernando De Andreis, secretario de Macri; Fulvio Pompeo, en su rol de secretario de Relaciones Internacionales del PRO, y la número dos de la sede diplomática estadounidense, Mary Kay Carlson.

Aunque la legación norteamericana rehuyó dar precisiones de un encuentro que definieron de carácter protocolar para un embajador recién entrado en funciones -una standard practice, subrayaron- trascendió que Stanley se mostró interesado en conocer a Macri y qué piensa de la Argentina, la región y los desafíos que el país y sus vecinos enfrentan.

También el acuerdo con el Fondo estuvo sobre la mesa. En sintonía con las sus declaraciones públicas, similares en tono a las de otros dirigentes del espacio, como Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, Macri mostró preocupación por la "bomba de tiempo" que el acuerdo por 30 meses cerrado desde el ministerio de Economía.

Al margen de este encuentro y ante la consulta de El Cronista sobre el acuerdo con el Fondo, la oficina de prensa de la embajada aseguró que Estados Unidos "aprecia este paso adelante y continuará el diálogo permanente con el gobierno de la Argentina mientras avanza hacia una mayor estabilidad y prosperidad económica".

Macri sugirió que ve un panorama "difícil" para quien le toque asumir el Poder Ejecutivo a partir del 2023. Y ciertas dudas respecto de cómo continúa la actual gestión, y si acaso cuenta con herramientas suficientes para cumplir el sendero de ajuste fiscal que impone el memorándum técnico con el organismo al que el propio Macri pidió ayuda en 2018, en medio de una fuerte salida de capitales que desequilibró la balanza de pagos.

Macri y Stanley también se refirieron al conflicto entre Rusia y Ucrania y renovaron la demostración de solidaridad con el pueblo invadido. También discutieron sobre el rol del Mercosur y el interés que Juntos por el cambio da en concretar la asociación estratégica sellada durante su mandato con la Unión Europea (UE).

Terminado el encuentro, contaron las fuentes, Macri se fue a la sucursal de una cadena de cafés que está a metros de su casa a conversar con otro dirigente, esta vez de la escena nacional: el jujeño Gerardo Morales, que también toma vuelo para disputar una candidatura presidencial en 2023 por la UCR.

Con la colaboración de Silvia Mercado