La Argentina ingresa en una etapa especialmente sensible para el Gobierno. Así lo revela el Monitor Social y Político de D’Alessio Irol y Berensztein que muestra que la economía vuelve a ubicarse como epicentro del malestar social y la polarización política se consolida como el principal filtro a través del cual los ciudadanos evalúan tanto la marcha del país como el desempeño de sus dirigentes.

La percepción económica muestra un leve deterioro con relación al mes anterior: el 62% de los encuestados considera que la situación actual es peor que hace un año, mientras apenas el 35% cree que mejoró.

El voto sigue determinando el humor: entre los simpatizantes de La Libertad Avanza, el 74% mantiene el optimismo, pero entre los seguidores de Fuerza Patria el 96% evalúa negativamente el rumbo económico. Cuando se consulta sobre las expectativas para el próximo año, el pesimismo gana terreno: el 52% cree que la economía estará peor dentro de doce meses, cuatro puntos más que en septiembre, frente a un 44% que imagina una mejora.

La gestión de Javier Milei se mantiene relativamente estable, aunque en terreno desfavorable. Un 56% de la población la califica de manera negativa y un 42% la valora positivamente. Esa mirada también está partida en dos mundos: mientras el 88% de los votantes de LLA aprueba la gestión, el 99% de los votantes de FP la rechaza sin matices. La estabilidad de la aprobación oficialista descansa casi exclusivamente en su núcleo duro, un dato que el estudio subraya como consistente desde hace varios meses.

En materia de preocupaciones, el informe marca un giro clave: por primera vez en un año, la incertidumbre económica vuelve al tope del ranking y alcanza al 61% de los consultados. Le sigue la inseguridad, que continúa como un problema estructural y suma un 58%. La falta de propuestas para el crecimiento económico y los ajustes del Gobierno comparten el tercer puesto, ambos con 53%.

Al segmentar por voto, la brecha es evidente. Los seguidores de LLA están más inquietos por la inseguridad, la corrupción kirchnerista y el avance de las drogas, mientras que los votantes de FP concentran sus temores en los ajustes oficiales, la incertidumbre económica y la ausencia de un horizonte de crecimiento. Esta asimetría de miradas expresa que los argentinos ya no comparten un diagnóstico común sobre la realidad del país.

El termómetro de imagen de dirigentes políticos también revela movimientos relevantes. Guillermo Francos —todavía jefe de Gabinete al momento del trabajo de campo— encabeza el ranking con un 46% de imagen positiva. Lo siguen Patricia Bullrich y Diego Santilli, ambos con 42%.

En contraste, Javier Milei mantiene niveles de imagen similares a los registrados en los últimos cuatro meses: 38% positiva y 57% negativa, una brecha que replica casi exactamente la que enfrenta Mauricio Macri. Del lado opositor, Cristina Fernández de Kirchner exhibe un 28% de imagen positiva y 65% de negativa, mientras que Axel Kicillof se mantiene estancado en 37% de aceptación y 58% de rechazo.

El clima electoral inmediato también deja lecturas. Solo el 45% de los encuestados se declara feliz con el resultado de las elecciones, frente a un 52% que expresa descontento. La satisfacción escala al 93% entre los votantes de LLA, pero cae al 18% entre los de Fuerza Patria, un reflejo más del país partido que muestra el estudio. En cuanto a la Boleta Única de Papel, los votantes destacan especialmente la rapidez, la facilidad, la comodidad y la transparencia del nuevo sistema, rasgos que parecen haber contribuido a una experiencia de votación más fluida.

La encuesta fue realizada en forma online entre el 29 y el 31 de octubre de 2025. Se incluyeron las respuestas de 1.100 encuestados, mayores de 18 años, de todo el país.