

La presidenta Cristina Fernández viajó a Nueva York para participar de la Asamblea Anual de la ONU, a una semana de que la Corte Suprema de Estados Unidos comience a definir la suerte de la Argentina en el juicio contra los holdouts y a pocos días de que el FMI empiece a evaluar el nuevo índice de inflación nacional.
Va a ser una ONU entre los buitres de la deuda y los halcones de la guerra, dijo la Presidenta en una entrevista difundida por la TV Pública ayer por la noche. Anticipó así los lineamientos de su discurso ante la asamblea de presidentes, signado entre cuestiones de política global (Siria, la dureza de Estados Unidos y la negativa argentina a una intervención unilateral) y otras de coyuntura económica, además del obligado reclamo por las Islas Malvinas.
La Presidenta insistirá en la posición argentina frente al reclamo de los fondos buitre, que obtuvieron un triunfo judicial en la Corte de Apelaciones de Nueva York que obliga al país a pagar u$s 1.500 millones y que pone en peligro los pagos de la deuda renegociada. Mandé un proyecto de ley al Congreso de la Nación, que fue aprobado, que abrió el canje (de deuda) por tercera vez y dejó en manos del Parlamento la clausura de ese canje, y comuniqué al mundo las decisiones que el país va a adoptar, porque lo que no vamos a permitir es que no nos dejen pagar, dijo Cristina. Me parece una paradoja que el deudor pida que lo dejen pagar, pero así está el mundo, evaluó.
Se refería a la decisión argentina de hacer un cambio de bonos voluntario para sustituir los papeles de ley estadounidense por otros de legislación nacional y evitar posibles embargos. Según fuentes oficiales, ese anuncio, efectuado por cadena nacional hace un mes, estuvo desde un primer momento supeditado a un traspié en la Corte Suprema estadounidense.
El próximo lunes 30, la Corte comenzará a decidir qué casos tratará durante el año. Si bien los especialistas son escépticos sobre si proliferará la apelación argentina, el Gobierno evalúa que tiene, todavía, un año de gracia para seguir pagando la deuda regularmente.
La semana pasada, el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, lideró una misión a Estados Unidos. Este viernes, el Gobierno deberá presentar al FMI el nuevo IPC Nacional para que el organismo defina en su reunión de directorio de noviembre si levanta la moción de censura contra el país o si profundiza las sanciones por las estadísticas deficientes. Además, hubo reuniones con el Banco Mundial, en medio de versiones de un inminente arreglo con empresas que ganaron juicios en el Ciadi, un condicionante de la administración de Barack Obama.
Sin embargo, el Gobierno no pudo franquear las puertas del Departamento del Tesoro estadounidense. Si bien Economía pensaba reunirse con sus pares de Washington, el encuentro no se produjo, mientras se presume que la Corte de EE.UU. pedirá al gobierno de Obama una posición sobre la batalla entre el país y los fondos buitre.
En ese marco, Cristina, presidenta ocasional del Consejo de Seguridad de la ONU, delineará un discurso crítico hacia la postura de EE.UU. ante Siria (como lo hizo en el G20, en San Petersburgo) y hacia los fondos buitre. Pregúntenle a Obama, había dicho en Rusia, cuando le consultaron sobre si los países condenarían a los fondos especulativos. Ningún funcionario de Economía viaja con ella. Sí lo harán el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, el vocero Alfredo Scoccimarro y el canciller Héctor Timerman, más la embajadora en Washington Cecilia Nahón.













