

La presidenta Cristina Kirchner recibió el alta médica y abandonó el sanatorio Otamendi tras haber pasado siete días internada por una sigmoiditis, enfermedad que provoca la inflamación de una parte del intestino grueso y provoca un dolor agudo en el abdomen.
Cumplirá el resto del tratamiento en Olivos y su regreso a la Casa Rosada sería recién a fines de la semana que viene.
En el último parte médico, difundido ayer por la Unidad Médica Presidencial, se consignó que la mandataria presentaba una "buena evolución clínica e imagenológica", continuaba "con dieta especial y tratamiento sintomático y antibiótico" por un cuadro de sigmoiditis. Lo firmaron los doctores Marcelo Ballesteros y Daniel Fernández. El parte omitió informar cuándo será dada de alta por lo que la salida de la mandataria de la clínica fue en un gran hermestismo.
Por su enfermedad, la mandataria debió desistir de viajar a la cumbre de presidentes del G-20 que se realizará el 15 y 16 de noviembre en Australia. En su lugar irán el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el canciller Héctor Timerman.













