Juan Ignacio Paolicchi, economista de Empiria, tiene 24 años y es una de los siete economistas de la nueva generación que revista APERTURA destacó en su número de junio.

Mientras cursaba la carrera de Economía en la UBA, Paolicchi se preocupó por abarcar la mayor diversidad posible de cursos e ideologías. Terminó formándose con nombres como Sebastian Katz, Oscar Cetrángolo, Guido Lorenzo y desarrolló su tesis junto con Daniel Heymann sobre metas de inflación y el fallido intento de implementarlas. Más tarde, inició la maestría en Finanzas de la Universidad Di Tella. Después de algunos años como ayudante de cátedra en la universidad, entró a Eco Go, donde estuvo tres años hasta que hace menos de un año lo convocaron desde Empiria.

Su interés por la economía, recuerda, se inició porque su mamá le juntaba recortes de notas de diarios firmadas por Tomás Bulat. "Siempre quise transformar la realidad desde algún lado y creo que la economía era lo que mejor me servía porque siempre me llevé bien con los números. Más allá de que trabajamos como consultores, tenemos que tener ganas de pensar cómo solucionar problemas", reflexiona.

• 24 años
• Economista de la UBA con una maestría en Finanzas de la UTDT
• Antes: Eco Go

Asegura que intenta no definirse ideológicamente porque "las definiciones de la ideología tienen una connotación de seguridad absoluta. Hay que leer en todas las escuelas, y si fracasaron, leer por qué". Aclara, además, que es pragmático y siempre va a tener la cabeza abierta. "Somos una generación que por suerte dejó de tener etiquetas en todo sentido. No tener fanatismos en lo económico: en términos de cómo pensar la macro, aprendimos que las posiciones dogmáticas no nos han hecho bien, y probamos todo".

¿Cómo se lleva tu generación con la economía?

La relación es trágica. Porque desde chicos tenemos en la cabeza que el principal problema argentino es económico. La generación de nuestros padres tenía problemas más grandes como la democracia. Nosotros teníamos eso asegurado y teníamos que entender los problemas económicos. Les dicen ‘no opines de lo que no sabes', pero en realidad tienen una visión muy acertada, porque es a lo que están acostumbrados. El problema es convencerlos de que ahora será distinto. Nuestra generación también tiene la cultura del meme y de Twitter y ante los problemas nos sale reírnos de las desgracias, pero también mi generación estudió economía con la conciencia de que en algún momento tienen que cambiar las cosas.

¿Cómo te llevás con las redes sociales?

Es un arma de doble filo. Porque pocos ven hoy un debate político en el cable y así llegás a generaciones nuevas, pero lamentablemente simplificando. El problema es que en la simplificación podés comerte los grises. Para llegar tenemos que mezclar memes y chistes con lo trágico y la economía. Si ayer vimos el dato de inflación, que está re hablado, hacerle entender al que no estudia economía que ese 4 no es culpa del malo que pone los precios sino de la emisión. Tal vez en algún momento eso irá por Twitch o algún otro medio digital.

¿Qué temas te preocupan más hoy?

Me preocupan la inflación, la pobreza, cómo somos capaces de generar trabajo en un mundo del que estamos totalmente alejados. Me duele la pobreza, que haya 45 por ciento de pobres y que 60 por ciento de los chicos sean pobres y no hayan tenido las mismas oportunidades que yo. Que estemos discutiendo si subsidiamos el gas al que vive en Recoleta o le bajamos ganancias al 10 por ciento más rico. Estamos discutiendo problemas disociados de la realidad. Para que la pobreza baje necesitamos un plan macro. Que nuestra generación que se crio con 30 por ciento de inflación demande pesos. Y una vez que generemos un plan, pensar cómo hacer a toda la economía más competitiva.

La versión original de esta nota se publicó en el número 330 de revista Apertura.