

"Hola a todos", fueron las primeras palabras con las cuales Javier Milei, comenzó su discurso en las escalinatas del Congreso. Para el saludo utilizó un tono felino, ese que tanto lo caracteriza, y que causa clamor entre sus simpatizantes. "Hoy comienza una nueva era en Argentina. No hay vuelta atrás. Hoy enterramos décadas de fracasos, peleas intestinas y disputas sin sentido," continúo.
Sin embargo, luego, y hasta el final del discurso, su postura sería mucho más dura, y enumeraría una serie de fracasos económicos, cómo la hiperinflación durante el Gobierno de Alfonsin, y las políticas que derivarían en lo que hoy sería el panorama de "la peor herencia" recibida de un Gobierno saliente.
En ese marco, El Cronista tuvo la oportunidad de entrevistar, antes y después a varios militantes que lo acompañaron durante la jornada en las dos plaza, frente al Congreso y en Plaza de Mayo. ¿Quiénes son y cómo piensan sus militantes?

Cómo piensan los militantes libertarios: "Me entusiasma la dolarización"
"Lo me que me atrajo de Javier fueron sus propuestas liberales y el pensamiento de querer cambiar el abismo en el que estamos" reconoce Fernando, que está junto a Cristian, su amigo, tirado en el pasto de las afueras de la Casa Rosada, en la Plaza de Mayo. Es la primera vez que asiste a una asunción presidencial. Ambos pertenecen al Partido Libertario de Quilmes, un conglomerado de corrientes liberales, y trabajan en el ámbito privado.
"Me entusiasma la dolarización y la idea de cerrar el Banco Central", reconoce. Para él, el instituto monetario hay que destruirlo porque representa un instrumento por el cual los políticos "roban".
Cristian, por su parte, lo votó a Javier Milei por primera vez en las elecciones legislativas de 2021, cuando fue electo diputado nacional. Sin embargo, lo sigue hace mucho más tiempo, cuando en sus inicios, el economista era un invitado frecuente en los programas de televisión.

A pocos metros, un grupo de personas posa por delante de las fosas de un León inflable gigante, se destacan cuatro mujeres que están cubiertas por la bandera del lema "orden y progreso". Las brasileñas sonríen, y piden que le saquen fotos. Entre ellas se destaca Mirtes, que al igual que sus compañeras es bolsonarista y no lo disimula; su gorra proyecta un deseo: que el exmandatario brasileño sea electo en 2026.
Reside en San Pablo, y aunque ahora está retirada, fue Policía Civil durante 30 años. Es la segunda vez que visita Argentina. En esta oportunidad vino a apoyar a Milei. Cree que "en algunos casos es necesaria la portación de armas". También en el lema utilizado por el fascismo en la década del '30, que fue el mismo eslogan de campaña de Bolsonaro en su candidatura de 2022. Lo repite varias veces en el poco español que se le entiende: "Dios, patria y familia".

"¿Por qué no darle la oportunidad a algo nuevo?", pensó Richard, de 50 años, cuando se inclinó por Javier Milei en el balotaje. Nunca lo militó, y de hecho siempre le tuvo algo de desconfianza. "Siempre pensé que tenía un discurso medio trivial", admitió. Sin embargo le gustaba pensar que podía ser "el primer Presidente que fuera economista". En las elecciones de 2019, había votado a Alberto Fernández.
Sin embargo, el libertario se ganó su voto de confianza por otro motivo. En sus hombros Richard lleva colgada una bandera que reza "No más hijos rehenes", una organización que tiene como objetivo defender los derechos de "las infancias judicializadas".
Según explica, está conformada por un colectivo de personas que fueron víctimas de falsas denuncias. Y que además el sistema, "demoniza la figura del padre y secuestra niños en los juzgados", explica. Y añade que él fue "víctima de la ideología de género", que pasó cuatro años sin ver a su hijo.

Graciela Aquino tiene 49 años y es de Paraguay pero vive en Berazategui hace diez. Es ama de casa y está tramitando la jubilación con ayuda del Estado. Confía en que el Gobierno electo va a continuar con estas políticas, y cuidar a los que "más lo necesitan". Además, fundó el comedor comunitario "San José" en el que asisten diariamente unas 600 personas.

Ramón es oriundo de Chaco, pero vive hace diez años en General Rodríguez, Provincia de Buenos Aires. Trabaja de forma independiente en la construcción. Sus papás son peronistas.
Sobre la propuesta de privatizar la obra pública bajo el "modelo chileno" no le preocupa demasiado, ya que cree que de igual forma las obras están paradas y no se finalizan. Aunque la bandera que trajo consigo reza "Las Malvinas son Argentinas" tampoco le dio demasiada importancia a los dichos de la canciller Diana Mondino sobre la autodeterminación de los isleños.














