El seleccionado argentino de fútbol, con la carga de ilusión de los hinchas de hacer un buen mundial en Brasil, empezó a despedirse esta noche con un triunfo cómodo por 3-0 en el Monumental sobre la débil Trinidad y Tobago, aunque dejó un cierto gusto a poco.


Con un marco adecuado de público, y goles de Rodrigo Palacio, cuando se moría el primer tiempo; Javier Mascherano, tras un rebote en un palo por un tiro libre de Lionel Messi, y otro de Maximiliano Rodríguez, el equipo de Alejandro Sabella le dio forma al 3-0 en su último partido en escenario porteño antes de emprender el sueño mundialista.

Fue un entrenamiento con más de 40 mil personas, en su mayoría un público familiero y contemplativo, porque lo importante está por venir.

De todos modos, tres veces Ezequiel Lavezzi, dos Palacio y en una ocasión Messi estuvieron cerca de convertir antes de que el delantero del Inter de Milán cabeceara para lograr el 1-0. La de Messi y una de Lavezzi terminaron en escenas casi cómicas. El atacante del París Saint Germain falló frente al arco y a la Pulga lo anticipó un triniteño cuando iba a definir frente a la valla vacía

El dibujo táctico, 4-3-3, que presentó Argentina es prácticamente la estrategia que va a utilizar al menos durante la primera fase de la competencia en Brasil

En definitiva, se trató de una despedida tibia y en alguna medida insípida, aunque queda claro que lo trascendente está por venir. Por lo pronto, el ensayo dejó también algún grado de preocupación porque terminaron la tarea lesionados tanto Palacio como Martín Demichelis.