

La investigadora estadounidense Gretchen Helmke creó el término "defección estratégica", para describir un tipo de comportamiento por el cual los jueces de la Argentina fallan en función no del poder que está, sino del que va a venir.
Helmke sostiene: " Cuando un gobierno en ejercicio comienza a perder poder y debilitarse, los jueces, carentes de seguridad institucional, se ven estimulados a incrementar sus medidas contrarias al gobierno a fin de poner distancia respecto de él". Esa defección, sostiene la académica de la Universidad de Notre Dame, responde a una lógica de autoprotección.
No son los jueces de Cristina o los jueces de Macri, depende de cómo va cambiando de manos el poder. Este es un año electoral en la Argentina. El mayor capital político con el que cuenta el gobierno es la unidad. Hay varios ejemplos en la historia reciente. El peronismo dividido, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, pierde su competitividad mas fácilmente.
María Eugenia Vidal ganó y perdió en el principal distrito del país por el mismo porcentaje: 38%. En 2015, el triunfo estuvo marcado por la fragmentación del voto peronista que se dividió entre los candidatos Felipe Sola y Aníbal Fernandez. En 2019 con un caudal de votos similar, Vidal perdió frente a un peronismo unido en su versión kirchnerista con Axel Kicillof.
Otro ejemplo es el de Francisco de Narvaez en 2009. Le ganó a Nestor Kirchner, pero en esa ocasión la candidatura de Martin Sabbatella también le restó votos y posibilidades de triunfo al ex Presidente.
Hoy Alberto Fernandez está aislado. Confinamiento propio de todo aquel portador del Covid-19. Sin embargo, su aislamiento es la metáfora perfecta, el símbolo más elocuente del rol presidencial.
Por estas horas quienes esperan que el Presidente retome su papel, encuentran en la segunda ola de la pandemia una oportunidad de reorganizar el Gobierno. ¿Cómo hacerlo después del Vacunatorio VIP, la escasez de dosis para inocular a los grupos de riesgo, la inoperancia en la administración sanitaria después de 10 meses de cuarentena y más de 56.000 muertos?
El Gobierno puso en juego al anunciar nuevas medidas la autoridad presidencial. El eventual incumplimiento de las mismas evidenciaría la carente credibilidad del Presidente. Por eso delegan en gobernadores e Intendentes el poder de policía. Hay que repartir el costo político de las medidas que se adopten.
Este fin se semana será clave. Hoy comienza a regir la nueva normativa. Fue anunciada por tres semanas. ¿Alguien lo cree?
El oficialismo, en una hábil jugada política, dinamitó el espacio opositor al anunciar la eventual postergación de los comicios legislativos. Reavivó la interna de Juntos por el Cambio, que no tiene una posición unívoca respecto de este tema. Elisa Carrio ya había hecho pública su posición favorable a retrasar la fecha electoral por un mes. En privado, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal coinciden. No opinan lo mismo Patricia Bullrich o Mauricio Macri, que ven en la manipulación del calendario electoral una jugada sucia del kirchnerismo.
En paralelo a esta negociación, con el aval del juez federal de La Plata con competencia electoral, Alejo Ramos Padilla, se celebrarán las elecciones internas del justicialismo bonaerense el próximo 2 de mayo. Para Máximo Kirchner, la emergencia sanitaria solo vale para las elecciones de medio término, cuando se trata de ganar su lugar en la conducción partidaria, no hay pandemia.
El politólogo Andrés Malamud sostiene que cuando los populismos regresan al poder, no suelen hacerlo con la misma fuerza que tuvieron inicialmente. La sociedad ya los conoce, afirma, les tomó el tiempo. Por lo tanto la tolerancia se agota rápidamente. Ejemplifica con Ecuador donde no es Rafael Correa quien gobierna, sino Andrés Arauz. En Bolivia sucede lo propio: no es Evo Morales, es Luis Arce. Dos presidentes con un perfil más técnico. En Argentina no es Cristina Kirchner, es Alberto Fernández.
La Vicepresidenta trabaja en el trasvasamiento generacional, en su legado. Pero encuentra algunos obstáculos. Su hijo Máximo lleva el apellido Kirchner. Un techo difícil de perforar a nivel nacional, quizás no así en cargos provinciales. A Axel Kicillof puede que aún no le alcance para el objetivo buscado. Por lo tanto, Cristina podría estar buscando otro "Alberto Fernández" para 2023. Muchos hace rato que ya se autopostulan.
La angustiosa peste que atraviesa el mundo tal vez haya servido para castigar a los malos gobernantes. Si no hubiese sido por la fallida administración sanitaria Donald Trump seguiría, probablemente, presidiendo los Estados Unidos. Perdió las elecciones a manos de su rival demócrata Joe Biden.
Jair Bolsonaro y su bochornoso desempeño ponen en jaque su futuro político. Brasil elige presidente en octubre del próximo año. Según el último sondeo de la encuestadora Ipespe su intención de voto no supera el 28%.
Tal vez el virus nos esté dando una nueva oportunidad, siempre y cuando las urnas estén abiertas.












