

Mucho se ha dicho sobre los peligros de la inteligencia artificial (IA) si no se controla o incluso se limita su desarrollo. Y por supuesto la competencia entre Estados Unidos y China adquiere en este campo gran relevancia.
Es que las tecnologías relacionadas con la IA se aplican ampliamente en diversos campos y a un universo de actividades tantas como la humanidad puede desarrollar: política, seguridad, elecciones, publicidad, literatura, arte, medicina, y muchas otras que sería largo de enumerar.
¿En estos tiempos de auge de las ideas libertarias, la gran pregunta es si debemos limitar la IA o dejar que por su propia evolución el mercado lo haga?

Al fin de cuentas la gran mayoría de las actividades en las cuales se aplicaría la IA tienen ya sus propias regulaciones protectoras de derechos. Adicionar un marco regulatorio omnicomprensivo funcionará como una limitación a la creatividad intelectual y a la libre competencia.
Por ello lo primero que debemos explorar es un marco jurídico abierto y adaptado a los desafíos de la inteligencia artificial para estimular la creatividad tecnológica y promover el desarrollo saludable de IA aplicada a nuevas industrias y servicios. Y solo en caso de excesos intervenir en su aplicación. Es decir, los marcos legales deben adaptarse a la libre evolución de la IA y no al revés.
Tomemos el caso de la propiedad intelectual. Los reguladores deberían explorar un nuevo modelo o mecanismo de protección de la propiedad intelectual para la era de la IA, pidiendo que se aclare el alcance y los principios de la protección de la propiedad intelectual para realmente garantizar que los derechos e intereses legítimos de los creadores puedan protegerse sin abandonar el proceso creativo de la IA e impidiendo su evolución o consolidación de privilegios y de una posición dominante.
En este campo mientras Estados Unidos se aferra a los marcos legales existentes, China parece estar mas abierta a consensuar un modelo multipolar de consenso. China espera comunicarse con especialistas y académicos de todo el mundo en cuestiones digitales sobre cómo formular políticas legales más flexibles y adaptables en materia de protección de los derechos de propiedad intelectual y buscar un equilibrio entre innovación y desarrollo social.

Para alcanzar dicho objetivo, China considera en que la protección de la propiedad intelectual en la era de la IA necesita esfuerzos conjuntos de todos los gobiernos, agencias, empresas, academias, asociaciones industriales y el público. Necesita ser consensuada respetando todos los intereses en juego.
El vicepresidente chino, Han Zheng, en la reciente Asamblea General de la ONU, pidió al mundo que se mantenga fiel al multilateralismo y se redoblen los mecanismos del dialogo para llegar a ese consenso.
Al margen de la Asamblea General, también se reunió con el Secretario de Estado de Estados Unidos, Blinken, así como con John Kerry, el enviado especial de Estados Unidos para el cambio climático. También dijo a grupos de expertos e inversores en Nueva York que China y Estados Unidos deberían fortalecer sus comunicaciones.
Mientras tanto, Estados Unidos se mantiene firme en que cualquier medida o regulación en este campo debe adaptarse a los objetivos de política exterior y seguridaddel país ante todo. Por ello ha aplicado limitaciones a los proveedores de servicios y tecnología chinos en cumplimiento de los objetivos de política exterior y seguridad nacional mediante la implementación de nuevas iniciativas de control de exportaciones, restricciones internas al uso y adquisición de equipos de telecomunicaciones chinos y servicios, sanciones económicas y comerciales específicas, un mayor escrutinio de la inversión extranjera directa y restricciones a la inversión externa que buscan restringir la inversión en empresas chinas asociadas con tecnologías avanzadas.
En particular, el Departamento de Comercio, el Departamento del Tesoro y la Comisión Federal de Comunicaciones han implementado una serie de nuevas disposiciones y directivas regulatorias que apuntan a combatir y disuadir la influencia tecnológica global de China para salvaguardar importantes intereses de seguridad nacional de Estados Unidos. El 9 de agosto de 2023, el presidente Biden emitió un Executive Order dirigida a las inversiones estadounidenses en empresas de tecnología chinas, incluidas aquellas asociadas con tecnologías sensibles relacionadas con la seguridad nacional, como semiconductores y microelectrónica, tecnologías de información cuántica y ciertos sistemas de inteligencia artificial.

Parece haber aquí una contradicción con ciertas iniciativas globales adoptadas por el equipo de política exterior de Biden cuando el máximo diplomático de China, Wang Yi, y el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, se reunieron durante dos días de conversaciones en Malta mientras las dos principales economías del mundo buscan estabilizar sus relaciones y potencialmente allanar el camino para que los líderes Joe Biden y Xi Jinping se reúnan en noviembre.
Estados Unidos dijo que los dos gobiernos se habían comprometido a buscar "compromisos y consultas adicionales de alto nivel" en áreas clave "en los próximos meses" en una señal de expectativa de una diplomacia continua.
La reunión de Malta siguió a una serie de visitas de alto nivel de altos funcionarios estadounidenses a Beijing en los últimos meses y se produce antes de una oportunidad para que el líder chino Xi visite los EE.UU. en noviembre, cuando el presidente Biden será el anfitrión de los líderes mundiales para la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en San Francisco.

Restablecer y fortalecer las comunicaciones es crucial para evitar que la relación cada vez más tensa y conflictiva existente se convierta en un conflicto, como lo demuestran las medidas descritas anteriormente. Quizás estemos siendo testigos de los primeros pasos de un nuevo compromiso político exterior a muy largo plazo pero constructivo entre Estados Unidos y China en un mundo multipolar que sin duda beneficiaría a los países en desarrollo.













