La palabra del día no es “blue” ni “Merval”: es “MEDE”. Hablamos del Mecanismo Europeo de Estabilidad, un fondo económico destinado a ayudar a los Estados de la zona del euro con problemas de deuda soberana, creado el 11 de julio de 2011 por los ministros de Finanzas del euro. Con un poder de fuego de 500.000 millones de euros, es decir, una dimensión que multiplica por 17 las reservas del Banco Central argentino, ahora será el rescatista de Grecia, si el parlamento heleno aprueba los recortes propuestos por la Troika.

Si bien los ministros de Finanzas de la zona euro decidieron reunirse para analizar un puente financiero que le permita a Atenas hacer frente a sus vencimientos hasta que el programa de rescate de tres años, cifrado entre 82.000 millones y 86.000 millones de euros, sea efectivo, de todas formas las primeras ‘lecturas’ indican que el parlamento griego ya piensa en salir de la emboscada financiera con esa línea de crédito.

Allá por 2010, los estados del euro decidieron la creación de este fondo de rescate permanente, que asistiría a países con dificultades de financiación a partir del 1 de julio de 2012 (un año antes de lo inicialmente previsto), para sustituir y coexistir con el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), medida transitoria adoptada en mayo de 2010 para evitar el contagio de la crisis griega.

En los papeles, este mecanismo funciona igual que el Fondo Monetario Internacional, pero a la europea, ya que puede efectuar préstamos a los países en crisis a condición de que se cumplan ciertos requisitos económicos, sin perder la máxima nota de las agencias de calificación, algo que interesa a los países porque además de ese aporte del Fondo Europeo, también eventualmente pueden, más adelante, salir a colocar deuda para ayudarse en el repago del préstamo.

De los 500.000 millones, hay una parte que está en “cash” y otra en forma de compromiso de capital "movilizable" (no efectivo sino pendiente de las cuotas de los países) y garantías.

Los mayores contribuyentes del fondo son las principales potencias: Alemania (casi 190.000 millones de euros), Francia (142.700 millones) e Italia (125.400 millones). El fondo también puede comprar bonos soberanos en el mercado primario para aliviar la presión sobre los países con problemas, aunque esta medida siempre estará sujeta a un programa con estrictas condiciones para el país beneficiario.

Pero atención: los créditos que conceda este mecanismo están en segundo lugar de preferencia de cobro, solo por detrás de los del FMI. Esto significa que si Grecia experimentara nuevas dificultades para pagar sus deudas, los préstamos del MEDE deberían pagarse antes que cualquier otro. Solo ha habido una excepción en el que esto no se cumple y es en el rescate de la banca española (no griega), para el cual el fondo de rescate permanente no tiene categoría de acreedor preferente, sino que todos tienen el mismo derecho de cobro.

En lo que se refiere a la adopción de decisiones, las normas de votación del MEDE sufrieron modificaciones hace algún tiempo, de modo que incluye un procedimiento de urgencia. La regla de mutuo acuerdo quedó sustituida por una mayoría cualificada del 85 % en caso de que sea necesario tomar una decisión urgente en materia de asistencia financiera de forma que el MEDE podrá intervenir en los mercados primario y secundario, recapitalizar la banca y dar préstamos preventivos.