Washington habilita gestos para calmar la ansiedad del mercado

El Gobierno dice que los dólares sobran. Lo que escasean son los permisos necesarios para que empiecen a circular. El visto bueno más crucial es el que debe dar el directorio del FMI, que aún debe aprobar la segunda revisión de sus técnicos y liberar un desembolso de u$s 11.000 millones. Pero a la espera de ese momento, las autoridades económicas entendieron que deben construir gestos que les permitan ganar tiempo y transmitir calma al mercado.

La reunión de Nicolás Dujovne con Christine Lagarde, la director ejecutiva del Fondo, estuvo pensada con ese objetivo. La visita del ministro de Hacienda a Estados Unidos se concibió como una forma de transmitir a la administración Trump y a los inversores, que el Gobierno tiene la situación económica bajo control. En las últimas semanas abundó el ruido en los mercados, y de hecho el castigo a los activos argentinos recuperó la intensidad que mostró en algunos momentos de 2018. Bonos en baja y riesgo país en alza marcaron el regreso de la desconfianza. Y si bien Dujovne le mostró a la jefa del FMI que la caída de la actividad ya tuvo un piso y que el sendero fiscal por ahora no corre peligro, lo que no puede borrar es la incertidumbre política.

La foto de Washington es un trapecio que oscilará hasta el próximo gesto oficial destinado a apagar cualquier tipo de alarma sobre la economía. Resta convencer al mercado de que el tipo de cambio no debería subir mucho más, porque el Fondo habilitará en abril una venta diaria y sostenida de todas las divisas que envió a Buenos Aires. En términos reales, el dólar se ajustó por abajo de la inflación, con lo cual el $ 42 de hoy no representa lo mismo que en septiembre. Lo único que falta es que el flujo recupere el nivel de diciembre.

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