El Gobierno admite las heridas de la economía, aún debe empezar a sanarlas

Primero fue la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca. Ayer le siguieron el titular del área, Santiago Cafiero, y el ministro de Economía, Martín Guzmán . Ante el desgaste social por la cuarentena , que tuvo como reflejo el banderazo de la semana pasada, el Gobierno se empeña por estas horas en dar señales de que no es ajeno a las consecuencias económicas de la política sanitaria implementada para evitar la propagación descontrolada del coronavirus , y que busca delinear un camino para intentar una salida, con fórmulas establecidas en anteriores pasos del kirchnerismo por el Gobierno que no le son del todo ajenas a la oposición.

El cuarentena , que a lo largo ya de 115 días logró que la cantidad de contagiados no superara los 100.000 casos y que el número de víctimas fatales se mantuvieran por debajo del 2% de esa cifra, dejó también heridas profundas en el tejido socioeconómico que admitieron los funcionarios.

El cierre de empresas, por caso, es producto del parate de la actividad total en algunos sectores y parcial en otros, en particular en el Área Metropolitana de Buenos Aires, principal motor económico del país donde la cuarentena aún se mantiene en la etapa inicial y hoy se espera que los rumores de una reapertura paulatina se concreten en los próximos días, aunque nadie se anime aún a señalar si la situación sanitaria es mejor que la observada hace dos semanas, cuando todo volvió a foja cero.

A esa delicada situación que atraviesan el sector privado y el informal, responden no solo la suba del desempleo y los índices de pobreza, sino también la depresión de la demanda, por la aversión al gasto ante la incertidumbre económica; el aumento del déficit fiscal, producto de la utilización de subsidios para paliar la crisis; y la emisión monetaria extraordinaria utilizada para esos desembolsos, que ya supera los ingresos por recaudación y amenaza con arrojar más nafta a la llama de la inflación.

Pero así como los funcionarios ofrecieron un diagnóstico compartido, mayormente, de uno y otro lado de la grieta; algunas de las soluciones que el oficialismo deja trascender también encuentran antecedentes en la gestión de Cambiemos, tales como la apelación a la obra pública como generadora de empleo, aunque esto signifique alimentarla con un blanqueo de capitales, palabra que parecía prohibida antes de la asunción de Alberto Fernández; o el relanzamiento de planes de consumo como el Ahora 18, que se mantuvo en la administración anterior. A lo que se sumarían los créditos a tasa subsidiada para la producción, una amplia moratoria y un incremento de la inversión pública, que este año retrocedió a niveles que no observaba desde 2005.

Sin embargo, más allá de las políticas que se elijan, lo importante es atacar un problema cuya dimensión aún no termina de definirse. La Argentina necesita recuperar el dinamismo del sector privado, una acción clave para generar empleo, recomponer la demanda, mejorar los ingresos y evitar un colapso fiscal. Recién entonces podrá dejar atrás la peor de las crisis.

Temas relacionados
Más noticias de cuarentena
Noticias de tu interés