Tres pueblos perdidos en el campo para una escapada de fin de semana sin gastar mucha plata
Están a poca distancia de la ciudad y permiten alejarse y descansar del ruido. Son aptos para todos los bolsillos
La cercanía del verano invita a aprovechar los fines de semana de sol y calor para huir de la ciudad. La buena noticia es que a poca distancia en auto y con bajo presupuesto hay opciones que permiten disfrutar de la paz del campo.
Lobos
Poco después de Cañuelas y a apenas una hora y media de viaje sobre la ruta 205 se encuentra Lobos. La tranquilidad del campo se siente apenas se llega y se contempla la laguna, lugar preferido de los locales para el esparcimiento.
Entre los edificios más importantes del pueblo, se encuentran la Iglesia Nuestra Señora del Carmen de estilo arquitectónico neogótico y el Club Social Lobense, fundado en 1894, con fachada neoclásica e influencia art decó.
La Estación del Ferrocarril Lobos de la Línea Sarmiento, que sigue en funcionamiento, es una típica construcción inglesa de 1890. Cerca de ella se encuentran otras atracciones como la Biblioteca Héroes de Malvinas, de la Asociación de Excombatientes, el Club de Radioaficionados, la Plazoleta de los Inmigrantes y el Galpón Cultural.
La distancia permite ir y volver en el día, pero para quienes quieran disfrutar de la paz del lugar por más día es posible encontrar quintas disponibles para alquilar.
Capilla del Señor
Capilla del Señor fue el primer pueblo en ser declarado de interés histórico nacional y sus habitantes se esfuerzan porque sea uno de los más auténticos e históricos de la provincia. La preservación de la arquitectura original y del estilo de vida pueblerino son el auténtico encanto del lugar.
Algunas de las construcciones que no se pueden dejar de visitar son: el viejo cementerio en el centro de la plaza, la vieja casa Miralejos, el salón Roma, el antiguo club social de los inmigrantes, la Posada del Palomar de 1838, una de las más antiguas, el templo parroquial y la pulpería Los Ombúes, un histórico almacén hoy atendido por doña Elsa, la nieta del dueño fundador.
San Miguel del Monte
Recostado sobre una laguna de 740 hectáreas, con 15 kilómetros de perímetro, San Miguel del Monte atrae a visitantes que buscan descansar y alejarse del ruido de la ciudad. A poco más de 100 km sobre la ruta 3, la ciudad ofrece espacios al aire libre para descansar y actividades para todas las edades.
En la laguna se pueden realizar actividades náuticas como natación, o windsurf, y paseos en lancha, jet ski o embarcaciones a vela. También hay clubes de pesca, campligs y otras instalaciones.
Por la noche, la costanera se convierte en el centro de atracción, con una importante oferta gastronómica y de esparcimiento. Altamente recomendadas las parrillas, que se abastecen de las mejores carnes de la zona.
Fuera de la ciudad se pueden visitar haras de cría de caballos de polo y escuelas para aprender a practicar este deporte. Además, hay varias estancias que ofrecen servicios para turistas como cabalgatas, caminatas o paseos en carruaje.
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