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La guerra por el litio se calienta: Tesla pierde poder y aparecen nuevos jugadores

A medida que Ford y GM financian la extracción, el dominio de Tesla entre los proveedores se escurre.

 Durante años solo un comprador era relevante en el mercado del litio y otros metales que se utilizan en las baterías de vehículos eléctricos: Tesla Inc.. La perspectiva de que una nueva mina podría terminar abasteciendo a la automotriz de Elon Musk bastaba para convencer a prestamistas cautelosos de financiar un proyecto o convencer a inversores de que firmas no probadas tenían posibilidades de cumplir con ambiciosas proyecciones de ventas. Y por ser el principal comprador en un sector repleto de mineras startup, Tesla ejercía un poder inusual para dictar los términos, por lo general cerrando convenios a largo plazo con precios fijos. 

Pero una enérgica campaña en vehículos eléctricos (VE) por parte de automotrices tradicionales, más las preocupaciones por la restricción del mercado del litio y otros materiales como el níquel o el grafito, están alterando esa dinámica. Ford Motor Co y General Motors Co sacudieron la industria al cerrar pactos generosos con posibles proveedores que incluyen el compromiso de pagar por adelantado entregas futuras u ofrecer créditos baratos para desarrollar nuevas minas. 

Tesla, en cambio, se ha resistido a formar sociedades con proveedores en el desarrollo de nuevas operaciones, y Musk rechazó varias veces las propuestas de adquirir compañías o minas de litio para asegurarse el abastecimiento, indican personas al tanto de sus ideas. El aumento de la competencia envalentonó a mineros y refinadores, y pone de manifiesto la renuencia de Musk a adaptar su estrategia, lo que plantea una amenaza para los planes de Tesla de impulsar la producción, reducir costos y establecer su propia refinería de litio en Texas, señalan personas que pidieron el anonimato para tratar cuestiones privadas. El liderazgo de Tesla en el litio se está evaporando en tanto los rivales "amontonan dinero en una bazuka y disparan contra la cadena de proveedores", resume Chris Berry, presidente de Mouse Mountain Partners, un consultor en metales para baterías. "Tesla no puede tirar todo su peso en las negociaciones", agrega. La compañía no respondió a un pedido de comentarios. 

En junio Ford selló un pacto con Liontown Resources Ltd que apunta a desarrollar una mina en Australia, y que incluye un crédito de 300 millones de dólares australianos (u$s 204 millones) de la automotriz con condiciones favorables. Livent Corp., el tercer productor de litio, informó en agosto que GM pagará u$s 198 millones por adelantado cumpliendo un acuerdo a seis años que comienza en 2025. 

A menudo Musk ha tratado de restar importancia a las preocupaciones por la provisión de litio -que se emplean en todo tipo de baterías de VE- al punto de que alguna vez consideró que es apenas "la sal de la ensalada".

Tesla finalizó en octubre seis meses de negociaciones con el desarrollador minero Core Lithium Ltd sin alcanzar un contrato de abastecimiento. Musk ha rechazado propuestas de comprar operaciones de litio en Australia, Canadá y los Estados Unidos, señalan los informantes. La compañía mantuvo conversaciones en 2020 para adquirir Cypress Development Corp., un desarrollador de proyectos estadounidense, pero no llegó a un arreglo. Y por todo el sector aumentan las dudas respecto de un convenio que Tesla firmó hace dos años para comenzar a recibir materias primas de Piedmont Lithium Inc a partir del próximo verano boreal, mientras la minera busca la aprobación de un proyecto en Carolina del Norte. 

Como se presume que la demanda de litio se quintuplicará hacia fines del decenio, las metas de ventas de VE para 2030 posiblemente no se alcancen debido a las restricciones en distintas materias primas, indica Piper Sandler & Co.. Una mina nueva de litio puede demandar hasta US$ 1000 millones y seis años de desarrollo, demasiado para las necesidades del sector, redactaron analistas de Piper en un comunicado de noviembre. BloombergNEF prevé que los faltantes de litio serán un problema hasta 2026 para las compañías que refinan el producto en busca de los químicos utilizados en las baterías de VE. 

Eso está empujando el precio del litio a nuevos récords. "Es importante para nosotros jugar bien el juego", opinó Gareth Manderson, director ejecutivo de Core Lithium. "No haríamos lo correcto con nuestros accionistas si no nos aseguráramos de que conseguimos el mejor precio". Los inversores, acota, cada vez se fijan más en el detalle de los precios en los acuerdos de suministro, y ahora ven tanto valor en convenios con Ford, GM, Mercedes-Benz Group o Toyota Motor como con Tesla. 

GM, que en 2021 vendió unos 6 millones de vehículos en todo el mundo, anunció que hacia 2025 estará en condiciones de producir 2 millones de autos eléctricos al año. Ford aspira a hacer lo mismo a finales de 2026, y Volkswagen AG destinará 52.000 millones de euros (US$ 54.000 millones) hasta 2026 para proyectos relacionados con los VE. Pero Tesla sigue siendo dominante, con un millón de autos entregados el año pasado y la previsión de que llegará a los 5 millones en 2025. En 2021 la compañía empleó unas 42.000 toneladas del equivalente a carbonato de litio, más de cinco veces el consumo conjunto de Ford y GM, señalan cálculos basados en datos de BNEF. 

El futuro inmediato de Tesla luce seguro. En una presentación de mayo, la compañía reveló que cuenta con acuerdos de provisión con cuatro jugadores importantes: Albemarle y Livent, que cotizan en EE.UU., y los chinos Ganfeng Lithium y Sichuan Yahua Industrial Group. Y hay indicios de que Tesla estaría dispuesta a modificar su posición respecto de las sociedades: un pacto con el productor de níquel Prony Resources incluía la promesa de dar respaldo técnico a una mina en Nueva Caledonia. 

A menudo Musk ha tratado de restar importancia a las preocupaciones por la provisión de litio -que se emplean en todo tipo de baterías de VE- al punto de que alguna vez consideró que es apenas "la sal de la ensalada". Hace dos años prometió a los accionistas que se valdría de los derechos mineros adquiridos en Nevada para empezar a producir litio con métodos nuevos y más sustentables. Pero hubo pocos avances, y el CEO de Tesla sigue abrigando dudas acerca de ingresar directamente en una industria minera que afronta complicadas dificultades ambientales y debe lidiar de manera constante con excesos de costos, señalan personas al tanto de su pensamiento. Si sumamos todo eso, agrega Joe Lowry, fundador de la consultora Global Lithium LLC y exdirectivo del sector, Tesla se arriesga a soportar tensiones en el suministro en tanto se intensifica la competencia. "El poder estelar de Elon tocó su límite -advierte-. Se van a quedar cortos como todos los demás".  

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