Por más que las cadenas hoteleras se empeñen en diferenciarse de las demás y aún cuando cada quien tiene su particular preferencia por tal o cual estilo, la experiencia del viajero frecuente es que finalmente todos los hoteles son, cuanto menos, similares. Sin embargo, ese mismo aire de familia que atraviesa a tantos alojamientos también encuentra su excepción a la regla en algunos de los hoteles más singulares del mundo.

Y si no, de qué otro modo calificar a las habitaciones excavadas en la roca que conforman el Kaya Hotel en Capadocia; o los bloques de sal que, en Uuyuni, erigen un alojamiento único; y exactamente lo mismo habría que opinar del Ice Hotel, esa maravilla que cada año se derrite con el verano para renacer cuando las aguas del río Torne, en el norte de Suecia, vuelven al estado sólido. En contrapartida a tanto aprovechamiento del entorno, el famoso Burj Al Arab, esa torre que nadie en sus cabales habría sacado del nivel de maqueta, se levanta frente a las playas de Dubai como una isla solitaria, como un faro sin igual en el golfo de Arabia. Cuatro opciones para quienes deseen visitar habitaciones diferentes.

z El Hotel de hielo

Junto a las congeladas aguas del río Torne, en las cercanías de la ciudad de Kiruna, en el norte de Suecia, se levantan 10.000 toneladas de cristal de hielo y 30.000 toneladas de nieve, todo provisto por la madre natura. Allí se luce el Ice Hotel (www.icehotel.com), que cada año es necesario volver a construirlo y que puede albergar hasta 100 personas. Cuenta con una capilla, una sala de exhibiciones en donde se realizan muestras de arte o se montan obras de teatro y danza, aunque su punto más alto seguramente sea su bar, también de hielo, un sitio a la medida de la marketinera y tradicional marca sueca de vodka Absolut. El Ice Hotel no es el único en su tipo, ya que hay otras versiones en Quebec y en Alaska, pero por ser el primero merece su reconocimiento.

z En el interior de la montaña

Capadocia es una provincia de Turquía en la que desde la antigüedad el hombre ha construido sus casas en cavernas naturales que el tiempo se ha encargado de dotar con buen gusto en la decoración y algunas comodidades de la modernidad. Dentro de la montaña se levantan hoteles pequeños y mágicos como el Kaya (www.uchisarkayaotel.com), de los más bellos del país. Todas las habitaciones cuentan con su propia terraza para sentarse al atardecer a contemplar el paisaje.

z Lujo oriental

Burj Al Arab (www.jumeirah.com) no es, desde sus 321 metros de altura, solo el hotel más alto del mundo. Es, además, una maravilla arquitectónica tanto porque está construido a 280 metros de la costa en una isla creada por el hombre, como por su singular perfil, semejante al de la vela mayor hinchada por el viento. Y es parte del top ten de hoteles más lujosos del planeta: sus habitaciones más pequeñas cuentan con 170 metros cuadrados y cuestan unos u$s 1.100 por noche.

z Un hotel en un salar

El Hotel de Sal (www.taykahoteles.com) se levanta en la blanca, dura y atrapante extensión del Salar de Uyuni. Es el más cercano a Buenos Aires, y para llegar tan sólo hay que tomar un avión a Santa Cruz de la Sierra y combinar con otro a Potosí. Desde allí comienza la aventura de internarse en el salar más grande del mundo: una extensión de 12.000 kilómetros cuadrados, a 3700 metros de altura sobre el nivel del mar. Y es ese mismo mar el que antes ocupaba esta planicie y que al retirarse dejó como pequeña huella algo más de 64.000 millones de toneladas de sal que tapizan el suelo con un espesor de entre 2 y 10 metros. Una ínfima parte de esta sal se utiliza para levantar las paredes de este hotel, en el que hasta los muebles se construyen con bloques cortados de la cantera. z we