Multa de tránsito como turista: ¿qué hacer si alquilé un auto en Estados Unidos?
Alquilar un auto en Estados Unidos es una buena opción para recorrer lugares, pero es muy importante tener en cuenta las consecuencias que pueden venir con ello.
Estados Unidos mantiene un sistema muy estricto en lo que respecta a las deudas de tránsito y, muchas veces, éstas se aplican en vehículos que fueron alquilados por turistas para recorrer el país.
No saldar una deuda de tránsito es un grave error para el estatus migratorio de una persona, ya que, si eres ciudadano puedes enfrentar una pena en prisión, pero si eres un visitante puedes perder tu visa.
Multa de tránsito: ¿qué pasa si no pago la deuda como turista?
Una práctica muy común que adoptaron varios países es ofrecer servicios de alquiler de auto para aquellos extranjeros que vienen de visita. Los interesados abonan un monto correspondiente a la empresa por los días de uso. Pero es muy importante que los turistas revisen el historial del vehículo.
En algunos casos, los extranjeros alquilan autos con deudas de tránsito u otros problemas que requieren dinero. Lo mismo puede ocurrir al revés, una familia de otor país que no conoce las leyes termina con una multa en dólares.
Es muy importante abonar esta deuda ya que, según explica el portal de noticias Requisitos USA, puede costar la green card en el caso de los residentes permanentes y derivar en deportación. En el caso de los turistas, podría derivar en la revocación de la visa o la prohibición permanente de volver a Estados Unidos.
¿Cómo se paga una multa de tránsito en Estados Unidos?
Si una familia con auto rentado recibió una multa es recomendable que se comuniquen con la empresa a la que alquilaron, ya que allí les darán todos los detalles de cómo saldar la deuda.
Existen varias formas de abonar una multa de tránsito estadounidense; de forma presencial o en línea utilizando una tarjeta de crédito. Se aconseja a todos los turistas que utilizan vehículos que verifiquen el estado de su carro antes de retirarse del país para no encontrarse con una sorpresa más adelante.