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Estados Unidos clasificó oficialmente al fentanilo como un “arma de destrucción masiva”, una definición inédita que eleva el tráfico de esta droga al nivel de una amenaza directa contra la seguridad nacional. La decisión habilita una respuesta más dura y coordinada frente a quienes la producen y distribuyen.
La medida fue formalizada mediante una orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump, luego de autorizar ataques contra embarcaciones sospechadas de narcotráfico en el Caribe. Para la Casa Blanca, el impacto letal del fentanilo justifica acciones comparables a las adoptadas frente a amenazas estratégicas.
¿Por qué Estados Unidos considera al fentanilo un “arma de destrucción masiva”?
El gobierno estadounidense sostiene que el fentanilo tiene un poder letal similar al de un arma química. Dos miligramos -una cantidad casi imperceptible- pueden resultar mortales, según detalla la orden ejecutiva.
Las autoridades estiman que esta droga provocó más de 48.000 muertes por sobredosis en Estados Unidos durante 2024. Bajo este criterio, el fentanilo deja de ser tratado solo como un narcótico ilegal y pasa a ser considerado un riesgo masivo para la población.

¿Qué cambia con esta decisión y a qué países apunta Estados Unidos?
La orden instruye al Departamento de Justicia a intensificar investigaciones y procesos penales por tráfico de fentanilo. Además, ordena a los Departamentos de Estado y del Tesoro atacar los activos y redes financieras vinculadas a estas organizaciones en distintos países.
También habilita a Seguridad Nacional y al área de Defensa a evaluar el uso de recursos militares y de inteligencia. En la práctica, amplía el margen legal para sanciones, bloqueos y acciones directas contra redes y territorios asociados a las rutas del fentanilo, con foco en el Caribe, México y otros puntos del hemisferio.













