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El agua de cúrcuma es una bebida muy conocida en Estados Unidos por sus múltiples propiedades antiinflamatorias y beneficios para la salud. Este brebaje no solo es relajante, sino que ayuda a combatir el insomnio para dormir mejor y contribuye a un envejecimiento más saludable.

A continuación, te explicamos cómo preparar esta bebida y cuáles son sus principales beneficios. Seguro la puedes incluir en tu rutina diaria para sentirte mejor. Eso sí, previo a consultar a un especialista médico.

Beneficios de beber agua de cúrcuma antes de dormir

La cúrcuma, derivada de la planta Curcuma longa, es una especia originaria del sudeste asiático y destaca por su contenido en curcumina. Este compuesto, de acuerdo con Medical News Today, es responsable de sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.

Consumir agua de cúrcuma antes de acostarte puede:

  • Reducir los síntomas de estrés y ansiedad, promoviendo una sensación de relajación.
  • Mejorar el descanso al aliviar problemas de insomnio.
  • Combatir molestias digestivas, como indigestión o sensación de pesadez tras cenar alimentos grasosos.
  • Prevenir problemas gástricos, como úlceras y gastritis, al reducir la secreción de ácidos estomacales.

Además, la curcumina neutraliza los radicales libres, lo que desacelera el envejecimiento celular y podría ayudar a evitar signos visibles como ojeras derivadas de la falta de sueño.

¿Cómo preparar agua de cúrcuma en casa?

Elaborar esta infusión para poder dormir mejor, es algo sencillo y requiere pocos ingredientes. Simplemente sigue estos pasos:

Ingredientes

  • 1 cucharada de cúrcuma en polvo o un trozo fresco de cúrcuma.
  • 1 taza de agua caliente.
  • Miel o jugo de limón al gusto.

Preparación

  1. Calienta el agua hasta que esté a punto de ebullición.
  2. Agrega la cúrcuma y deja reposar por 5 minutos.
  3. Endulza con miel o añade limón.
  4. Consúmela tibia antes de ir a dormir.

Recomendaciones importantes sobre el agua de cúrcuma

Si bien la cúrcuma tiene múltiples beneficios, consumirla en exceso puede generar efectos adversos como irritación estomacal, distensión abdominal o diarrea, según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos. Lo ideal es limitar su ingesta a 2 o 3 veces por semana.

Antes de realizar o modificar un plan alimenticio, se recomienda consultar con un especialista.