

Viajar con dinero en efectivo puede parecer inofensivo, pero en Estados Unidos transportar ciertos billetes en el equipaje de mano sin declararlos puede generar multas millonarias.
Las autoridades fronterizas están aplicando controles más estrictos bajo la Ley de Secreto Bancario (BSA), que regula los movimientos de efectivo dentro y fuera del país.
Según esta ley federal, toda persona que lleve más de 10.000 dólares en efectivo o instrumentos negociables debe declararlo ante la aduana.
No hacerlo puede derivar en interrogatorios, incautaciones inmediatas y sanciones que superan los 250.000 dólares, además de eventuales investigaciones por lavado o evasión fiscal.

¿Por qué Estados Unidos interroga y multa a quienes transportan dinero en efectivo?
La Ley de Secreto Bancario, también conocida como ley contra el lavado de dinero, fue creada para evitar el uso del sistema financiero con fines ilícitos. El Departamento del Tesoro exige a los bancos y viajeros reportar operaciones en efectivo que superen ciertos límites.
Los agentes fronterizos pueden interrogar y sancionar a cualquier persona que lleve dinero o cheques al portador por encima del umbral legal. Si el origen del dinero no se puede justificar o no fue declarado, se aplican medidas severas, entre ellas:
- Multas de hasta 250.000 dólares o el doble del monto no declarado.
- Confiscación total del dinero transportado.
- Investigaciones penales por presunto lavado de activos o evasión fiscal.

¿Qué billetes o montos están bajo control y qué debe declararse?
El control no se limita a los dólares. Cualquier tipo de moneda extranjera, cheque, giro postal o instrumento convertible en efectivo entra dentro de la regulación. El objetivo es detectar transacciones que superen los 10.000 dólares acumulados por día, incluso si se dividen en distintas operaciones.
Antes de viajar, se debe declarar:
- Efectivo o instrumentos financieros por más de 10.000 dólares.
- Fondos que pertenezcan a otra persona o carezcan de respaldo documental.
- Movimientos fraccionados para eludir el límite establecido por el Tesoro.
No hacerlo puede provocar la retención inmediata del dinero por parte de la Aduana (CBP). Luego, el caso pasa al Departamento del Tesoro, que evalúa si corresponde imponer sanciones civiles o iniciar acciones penales.












