Elon Musk desata un caos económico: casi $ 500 millones en comida se pierden por su última decisión
Una de sus decisiones más controversiales podría acabar en una catástrofe humanitaria.
Una medida reciente propuesta por Elon Musk y oficializada por el presidente Donald Trump está poniendo en riesgo casi 500 millones de dólares en alimentos destinados a personas necesitadas en todo el mundo.
La decisión de cerrar la USAID como parte de los recortes federales que está realizando el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ha causado caos en la distribución de ayuda humanitaria, dejando miles de toneladas de comida almacenada en puertos y depósitos, a punto de echarse a perder.
La reducción de personal y la suspensión de fondos por parte de esta agencia están afectando su capacidad para entregar alimentos, agua y medicinas a quienes más lo necesitan. En algunos países, como Malawi, esta crisis podría tener consecuencias devastadoras, según reportaron sus empleados.
La falta de control también está abriendo la puerta a que los fondos sean mal utilizados, lo que pone en peligro la seguridad de la ayuda en regiones muy afectadas por conflictos.
¿Qué es la USAID y para qué funciona?
USAID es una agencia del gobierno de EE. UU. que brinda asistencia a países en vías de desarrollo, mejorando sus condiciones de vida a través de proyectos de salud, infraestructura y lucha contra la pobreza. También juega un papel clave en emergencias, proporcionando alimentos y medicinas durante desastres o crisis humanitarias.
Tras la llegada de Donald Trump, se congeló parte de la ayuda exterior, excepto para Israel, Egipto y suministros de urgencia. A pesar de los recortes, Estados Unidos sigue siendo el mayor proveedor de ayuda humanitaria global, con el 47% del total mundial.
¿Por qué se perderán casi $ 500 millones en comida?
La agencia USAID enfrenta serias dificultades debido a los recortes impulsados por Musk y Trump. La reducción de personal y el congelamiento de fondos han interrumpido las operaciones esenciales, dejando grandes cantidades de ayuda en riesgo de deteriorarse sin poder ser entregadas a tiempo.
Esta crisis afecta especialmente a países que dependen completamente de la asistencia internacional, como Malawi, uno de los países más vulnerables. Con más de 489 millones de dólares en alimentos almacenados sin poder ser distribuidos, la situación podría empeorar rápidamente.
Además de la interrupción en la entrega de alimentos, los recortes están dificultando el control sobre el uso de los fondos. En lugares como Afganistán, Irak y Siria, la falta de personal para verificar a los socios que reciben la ayuda podría resultar en que los recursos terminen en manos equivocadas, como grupos terroristas.
Esta situación aumenta los riesgos para la seguridad y la efectividad de la ayuda, ya que el dinero destinado a salvar vidas podría ser mal utilizado en regiones ya muy afectadas por la violencia.
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